Por Jesús Lépez Ochoa
Guerrero está en rojo y con tendencia a la alza cuando faltan aún 19 días para que comience el semáforo con el que el gobierno federal determinará qué estados vuelven a la normalidad el próximo 1 de junio por lo que como ya lo informó el gobernador Héctor Astudillo Flores, no hay condiciones para el regreso a clases en esa fecha.
Tampoco se ha llegado al pico de contagios pero se han perdido 10 mil empleos en dos meses, y de continuar esa tendencia, la baja sería aproximadamente del 10 por ciento de los empleos formales en el estado al cierre de mayo.
Guerrero comparte esta situación de alerta máxima a la alza y mayor pérdida del empleo con Baja California Sur y Quintana Roo. Son los más golpeados por la crisis económica y la suerte de estos tres estados de vocación turística en contagios y letalidad aún está por verse.
Aunado a ello pareciera haber fuerzas oscuras interesadas en afectar aún más al estado, y lo digo por el lamentable asesinato del síndico de Tixtla Víctor Hugo Romero Valencia, una joven promesa de la política que vio truncada su vida.
Esto cuando apenas se venía superando el doble homicidio de un delegado regional de la Comisión de Derechos Humanos y su hijo en Coyuca de Benítez, los criminales no quieren dar tregua y han mantenido ocupado al fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila que seguramente ya está de lleno en la investigación de este otro caso coadyuve o no la Fiscalía General de la República como lo están pidiendo miembros del Partido de la Revolución Democrática.
En lo que sí será fundamental la ayuda de la federación es en la recuperación del empleo, la reactivación económica no solamente va de reabrir cortinas en aquellos negocios o empresas que no hayan desaparecido, sino en revivir aquellos que desaparecieron y volver a generar las fuentes de empleo porque éstos no se van a generar solos.
Detrás de cada trabajador hay un patrón que genera el dinero para pagarle por su trabajo, y también para pagarle a Hacienda y a los demás de niveles de gobierno sus impuestos.
En el caso de Guerrero su vocación es el turismo, como lo es Baja Sur y por supuesto Quintana Roo, y van a necesitar imperiosamente de una herramienta que ha sido menospreciada e incluso satanizada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: Promoción turística.
Ojalá que los prejuicios no imperen porque no solo se tratará de rescatar empresas, si no de destinos turísticos enteros, ciudades, estados de los más pobres del país como es Guerrero presente en las limosnas para un supuesto bienestar pero ausente en los grandes proyectos de desarrollo del gobierno federal que ahora más que nunca son necesarios.
Que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya comisionado a Rocío Bárcena para coordinarse con el gobierno de Héctor Astudillo es una magnifica señal, porque superar los estragos de la pandemia en Guerrero no serán como repartir fertilizante. Esto no puede salir mal.
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