Por Esteban Valdeolivar S.
Nadie quiere el fracaso del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque arrastraría al abismo a México y a los mexicanos; como también es innegable que Donald Trump ha condicionado a AMLO y este ha cumplido sus «recomendaciones».
Los demócratas mostraron su inconformidad y molestia por la descortesía política de la visita a Washington del jefe del Ejecutivo mexicano. Recordemos que la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes puso los votos necesarios para la aprobación del Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (TMEC)
Al apoyar e impulsar el TMEC, López Obrador ratificó su compromiso con el libre mercado sin necesidad de buscar negocios más lejos. Finalmente López Obrador entendió que el mercado comercial con Canadá y Estado Unidos es el más grande del mundo en volumen y generación de divisas. Se hicieron ajustes y aprobaron leyes secundarias en el TMEC que México tendrá que cumplir, pero también sacar provecho de está importante relación comercial.
Mientras tengamos a los Estados Unidos de vecino, la amenaza del socialismo será como el «petate del muerto». Solo un tonto se pelea con el país más poderoso del mundo.
La agenda bilateral secreta desarrollada es la importante y con acciones concretas lo sabremos. Ejemplos: la detención en Miami de César Duarte y el proceso judicial en curso de Genaro García Luna, arrojarán resultados interesantes para la justicia estadounidense y mexicana. Claro, si pierde Trump las elecciones, el pragmatismo de AMLO se adaptará al ritmo que marque Joe Biden y punto. Siempre ha sido igual con los presidentes republicanos o demócratas; ellos cuidan sus intereses y políticas de estado.
Quedan pendientes en la agenda bilateral temas como: la aplicación del TMEC y leyes secundarias en materia laboral y medio ambiente; la intención de vender gasolina a Venezuela a pesar de las sanciones de Estados Unidos por mantener firme el bloqueo contra el régimen de Maduro; la reducción de la producción petrolera; el reforzamiento de la frontera sur para la contención de migrantes, el tráfico de armas, estupefacientes y lavado de dinero; el avance de la construcción de la barda o muro en la frontera norte; la deportación masiva de migrantes; el respeto al programa DACA y no deportación de los «Dreamers»; el Covid19 y el cierre temporal de la frontera; el papel de México en el Consejo de Seguridad y la candidatura de Jesús Seade a la OMC, entre otros asuntos relevantes.
En la agenda nacional, es tiempo que el presidente López Obrador tenga la misma actitud de respeto y deferencia que tuvo con el presidente Trump, hacia los empresarios mexicanos, periodistas, medios de comunicación, profesionistas, clase medía, intelectuales y la mayoría de la población que no votó por él y convoque a un pacto de unidad que reencauce a México en la ruta del crecimiento económico, armonía social, seguridad y buenas políticas públicas necesarias para todos y olvidarse de la confrontación que realiza en su ejercicio comunicacional matutino, un día sí y otro también.
La pandemia no se ha ido, es un tema de salud prioritario y las consecuencias económicas también lo son. Hoy más que nunca necesitamos caminar juntos para salir adelante de está problemática mundial que afecta severamente a México. Porque como dice el refrán popular, no podemos ser «candil de la calle y oscuridad en la casa».
Como siempre, usted tiene la mejor opinión.
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