Por Marco Antonio Leyva Mena
La dirigencia del PRI va en sentido contrario a la democracia, sus bases militantes y su competitividad. Se está jugando su existencia como partido.
Se acaban de aprobar unas reformas que madrugaron hasta a sus gobernadores.
El “Pinochetazo” estatutario provino de su dirigente nacional “Alito”.
En ellas se faculta a sí mismo a dar el visto bueno a todas las candidaturas, de mayoría y plurinominales así como elegir a los líderes del Congreso. Antes lo hacían los Consejos Políticos, un espacio plural de discusión y de toma de decisiones. Hoy, el aval es del Presidente del PRI.
Con ello el autoritarismo llega al PRI sin maquillaje y lo que intenta hacer Alito es negociar directamente con la 4T su propia impunidad para candidatos y decisiones legislativas a modo de AMLO.
Pasó por encima de todos. A su estilo que tiene desde las fuerzas juveniles del priismo.
En un esquema competitivo como el que vivimos eso es la muerte lenta y segura.
No serán las bases quienes decidan sino una persona o una oligarquía quien defina las candidaturas.
La frase de Colosio de la “cultura del esfuerzo” se acabó y llegara la cultura del maletín, de cargarlo para el jefe y el de ser obsequiosos para tener las candidaturas pero, estoy seguro, no el cargo.
Así no se puede competir.
Así no hay piso parejo.
Así no hay defensa.
Reyes Heroles se está removiendo en su tumba.
Todo el partido al servicio de la agenda personal de un solo hombre. Que pena ajena de su atrevimiento. Que vergüenza su exceso de poder acumulado y que decepción de sus bases silenciosas que aceptan todo y que no levantan la voz.
Solo les queda lo jurídico en los tribunales electorales para evitar consumar ese acto.
La agenda del PRI será la de AMLO.
No servirá de contrapeso alguno.
Su personalidad política se diluye.
Los intereses personales de las élites arriba de las bases y la sociedad.
El impacto de Duarte pegó en el PRI cerrándose a la democracia y abriendo caminos personales de sus élites a la impunidad. Así de fácil.
PD el Secretario de Semarnat nacional le grabaron conversación. Se va con todo en contra de la 4T, de su inconsistencia para definirla, de las grillas del gabinete, de que el cambio no es tal y de qué el Presidente “quizá no entiende ese cambio”.
La grabación hecha pública y difundida nacionalmente en medios es el instrumento que alguien usó para que renuncie. A alguien le estorbaba. A algunos no les gustaba ni su forma ni sus decisiones. No hay otro camino que su renuncia o lo renuncien. Es cuanto.
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