Opinión| El Covid y los valores

Por Héctor Francisco Zurita Gámez

El día de hoy es un día aciago para México. Las autoridades de salud reportaron en un solo día 2,789 fallecimientos por Covid sobrepasando ya las 81 mil muertes (según cifras oficiales). Al hacerlo matizaron que el histórico aumento se debió a un rezago administrativo en la información, como si eso hiciera más llevadera la noticia. Para dimensionar el tema, la capacidad del Estadio Azteca coincide justamente con la cifra de muertes anunciada el día de hoy (insisto reconocidos oficialmente). Ya mucha tinta se ha gastado en este, sin embargo, es momento de ir profundo y pensar en las causas. Las Leyes Universales que rigen la existencia establecen que a toda causa hay un efecto. Creo que hemos desafiado en extremo principios básicos de obediencia y respeto a la naturaleza. Temas como el cambio climático, la deforestación, la extinción de las especies por la caza o el consumo humano, las mutaciones de las especies (los virus o bacterias incluidos) no son sino el efecto de una serie de abusos del hombre que, aunque ha sido capaz contradictoriamente de llegar a estudiar otros planetas no ha sido de capaz de respetar el propio. ¿Cuáles son las lecciones que deja esta Pandemia del Siglo 21 para el ser vivo dotado de “inteligencia” que habita en la Tierra? Pareciera que nos gusta tomar atajos y que lo único que esperamos con desesperación es que los científicos encuentren lo más rápido posible (con los peligros que ello conlleva) una vacuna que evite nos contagiemos, pero ¿para qué? Para que volvamos a nuestra vida “tal y como era antes”. Puedo asegurar que no ha habido cambios estructurales en la forma de pensar y/o de vivir del ser humano y que pocas has sido las lecciones aprendidas aun en esta larga pero muy larga pandemia y se ha visto con lo que el gobierno ha denominado semáforo epidemiológico que con una serie de colores se pretenden decirle a la población si sale o no de su casa para pasear, comer en restaurantes, salir a trabajar, vacacionar, entre otras actividades. Del respeto a la naturaleza y los abusos generados que traen como consecuencia lo que estamos viviendo no hablamos. Es por ello que valdría la pena reflexionar sobre ciertos valores básicos de cualquier sociedad que se llame avanzada y que escasean en estos momentos: LA UNIDAD, como característica que nos permita perseguir objetivos comunes más allá de las diversas formas de pensar. Un pueblo unido es garantía de continuidad y desarrollo. (Recordemos el terremoto del 85 como todos estábamos más unidos que nunca). Un Pueblo confrontado es un pueblo distraído, enojado, dividido y fácil de manipular. LA FUERZA, básica para poder llevar a cabo sus autodeterminaciones y EL ORDEN O LA DISCIPLINA, que pareciera en estos últimos tiempos como un sinónimo de debilidad. Este valor está relacionado con la Obediencia malentendida como sumisión por la raza mestiza a la que pertenecemos como se detalla en el maravilloso libre de Octavio Paz “El Laberinto de la Soledad” que detalla la personalidad aun subyugada del mexicano que lo hace rebelde pero también con complejos drásticos de inferioridad muy escondidos en el que se le complica respetar a las autoridades y sus determinaciones. Siendo un pueblo Unido, con voluntad y disciplinado sin duda alguna podremos superar estos difíciles retos que nos hemos autoinflingido por retar constantemente las leyes de la naturaleza. No culpemos a un solo hombre como responsable de nuestras desgracias. Dejemos de buscar cada 6 años al Mesías que nos resuelva la vida. Hagamos un acto de auto crítica y determinemos en la soledad de nuestros hogares, que lecciones nos deja lo que estamos viviendo y si habrá cambios profundos en nuestra manera de vivir y de pensar o simplemente pasará como un hecho anecdótico triste para el mundo.

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