Por Misraim Olea Echeverría.
Guerrero es un estado lleno de contrastes, con riqueza en muchos sentidos, pero con mucha pobreza que ha sido difícil erradicar.
Nuestro estado, ha estado marcado por la violencia, el temperamento de su gente Influye mucho en este tema. Los héroes nacionales han encontrado en estas tierras a hombres y mujeres que han aportado fuerza, intelecto y sangre para hacer triunfar los grandes movimientos sociales nacionales que cambiaron el rumbo del país.
La historia reciente de Guerrero está empapada de violencia, si bien nuestro país se construyó por la violencia, lo que padecimos los últimos años fue resultado de la pérdida de valores, de identidad, de pertenencia. La desaparición de 43 estudiantes fue el punto álgido de la violencia descomunal que vivimos y fue hasta ese lamentable momento en que se tuvo que hacer un alto y repensar en el futuro de Guerrero y de sus generaciones venideras.
En 2015 Héctor Astudillo tomó las riendas de un estado en pedazos. El hombre pensativo, discreto, de pocas palabras pero ideas claras, luego de su derrota en 2005, tuvo 10 años para observar los errores que se cometían, supo entender las necesidades del estado y construyó un proyecto con una ruta clara, con rumbo, idea y objetivos; sin espacio para la improvisación.
Enfocarse en gobernar lo distingue, no hay distracciones, enemigos, rivales ni oponentes; reconoce a quienes no piensan como él, los busca, dialoga, los incluye y trata como igual. Enfrentar el conflicto, atenderlo y resolverlo le ha ayudado a apaciguar Guerrero, hay muchos ejemplos de eso. Líder nato, reconocido por los suyos y por quienes piensan diferente.
Hoy son tiempos de elecciones, muchas sirenas cantan sus mejores melodías, pero nuestro estado ya no está para ideas románticas, se necesita experiencia, proyecto, claridad, concentración y sensatez. Las ideas no caen del cielo. La imaginación y creatividad son necesarias en tiempos de crisis.
Hay que mirar quienes aspiran, porque la pregunta no es si Guerrero está o no preparado para ser o no gobernado por una mujer, las preguntas son ¿quién realmente está enfocado en gobernar? ¿Quien entiende el Guerrero en el que vivimos hoy? ¿Quién podría enfrentar los varios conflictos guerrerenses? ¿Quien podría liderar a las y los guerrerenses en tiempo de crisis? ¿Quien tiene un proyecto claro y sensato para Guerrero?
Héctor Astudillo rinde su quinto informe, deja un Guerrero distinto, quien llegue tendrá dos retos, superar las acciones realizadas y enfrentar el temperamento guerrerense.
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