Por Misraim Olea Echeverría.
El COVID-19 llegó para quedarse, este virus en México ha matado a miles de personas y ha contagiado a cientos de miles más. Actualmente muchos conocemos a alguien que padeció la enfermedad.
Especialistas han señalado que la vacuna no se ve próxima y el gobernador Héctor Astudillo ha informado frecuéntenme que de llegar la vacuna, difícilmente los más de tres millones de habitantes de Guerrero podremos acceder a ella al mismo tiempo.
Por el momento la única forma de combatir el contagio es lavándose las manos frecuentemente, usar cubre bocas en todo momento, evitar acudir a lugares en los que se encuentre mucha gente, mantener la sana distancia y salir de casa solo a lo necesario.
En Guerrero, muchos de los que aspiran a un cargo de elección popular han pasado por alto las medidas antes mencionadas, hacen concentraciones populares o mítines masivos sin importar la exposición de los convocantes y los asistentes.
En momentos en que los contagios van en aumento, lo más prudente sería que las y los aspirantes atendieras las recomendaciones sanitarias y se tomaran la pandemia en serio, que entendieran que el contagio está latente, que el COVID mata, que se deben de tomar medidas de prevención y cuidarse y cuidar a quienes confían en su persona y les acompañan en sus eventos masivos.
La pandemia debe de ayudar a cambiar la forma de hacer campañas, incentivar la imaginación para que el electorado conozca más de sus posibles candidatos; generar nuevas formas de hacer política, de llegar a la gente y de informar; porque ha quedado claro que con los nuevos partidos ni se fueron las tan criticadas “viejas prácticas” ni llegaron nuevas estrategias para hacer campañas.
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