Por Julio Ayala Carlos
Izotepec, Gro.- Hace 56 años, siendo un niño, salió de éste, su pueblo, en donde tiene enterrado su ombligo. Hoy jueves, 27 de mayo, regresó como candidato a gobernador. Aunque temeroso, partió con muchos sueños; hoy regresó a Izotepec con el compromiso de cumplir los sueños de otros niños de vivir mejor.
Mario Moreno Arcos, quien nació en este poblado, en lo más intrincado de la Sierra de Guerrero, regresó aquí, cómo lo ha hecho muchas veces, aunque ahora como candidato, y al decir de muchos, de miles de todo el estado, como futuro gobernador.
Llegó a reunirse con los suyos, con los sierreños, con su familia, que como muchos otros, han sido olvidados y relegados por unos y otros. Llegó no solo a pedirles su voto para este seis de junio próximo, sino a hacer compromisos como futuro gobernador y a sembrar la esperanza de un futuro mejor.
Hombre sencillo, sin dobleces, sin poses ni falsos discursos, Moreno Arcos, el que tras llegar a Chilpancingo, llevado por sus padres para vivir con su abuela y con escasos seis años de edad, empezó a trabajar vendiendo chicles, gelatinas o boleando zapatos después de ir a la escuela, platicó con los suyos con la familiaridad que se vive en la sierra, con humildad y respeto, contándoles del por qué quiere ser gobernador de Guerrero.
«Ustedes me conocen. Quiero ser gobernador para ayudarles; para construir un Guerrero mejor donde todos tengamos mejores oportunidades de vida. los guerrerenses sólo necesitamos eso, mejores oportunidades. Como miles y miles de guerrerenses he vivido la pobreza, la marginación. Sé lo que es tener hambre, pero sé también que con trabajo podemos salir adelante», les dijo.
Había emoción en los rostros, y en los ojos, incluso lágrimas, pero no de dolor, sino de alegría porque uno de los suyos, un sierreño, un hombre nacido en la marginación y pobreza, será gobernador de Guerrero y en consecuencia, desde el más alto cargo, podrá ayudar a los menos tienen.
Y entre los niños, cuya vida es incierta, se escuchaba con curiosidad y emoción: «Él es Mario. Dice mi abuelo que nació aquí, en nuestro pueblo. Va a ser el gobernador, y nos va ayudar. Yo también quiero ser gobernador», me dijo un pequeño cuando le pregunté si conocía al candidato.
Y, hay que decirlo. No es el único que quiere ser como Mario Moreno Arcos. Si el hoy candidato será el próximo gobernador, otros también tienen el mismo sueño. «Hay que trabajar muy duro para lograr lo que uno quiere. Hay que estudiar. Hay que ser buena gente y hay que obedecer a nuestros padres, a nuestros mayores», dijo.
Luego, el hombre que dice no tener más padrino que el pueblo, al que se debe, el que ha votado por él en cada uno de las seis elecciones en las que ha participado, y al que ha ayudado en los cargos públicos que ha logrado, firmó los Compromisos con la Sierra, una serie de acciones que llevará a cabo el gobierno que habrá de encabezar.
«La Sierra va a votar por tí, Mario. Estamos orgullosos de ti. Desde siempre le hemos pedido a Dios por ti. Todos los guerrerenses confiamos en ti. Dios te bendiga, a tus padres y a tu familia», le dijeron.
Y así como llegó a Izotepec, el pueblo donde nació, de donde salió hace 56 años, Mario Moreno Arcos fue despedido con música, con banda de Chile Frito, con cuetes, confeti, en medio de la alegría de su gente, la gente del candidato a gobernador del estado por el PRI y el PRD.
Déjanos tu comentario