Por Jesús Lépez Ochoa
El que el gobernador Héctor Astudillo Flores haya invitado a la gobernadora electa a participar, y así lo hizo Evelyn Salgado Pineda, en la transmisión diaria para informar por medio de las redes sociales las acciones que se realizan ante la pandemia por Covid-19 manda un poderoso mensaje.
En medio de una tercera ola que ha superado a las anteriores en contagios y hospitalizaciones dentro de la peor crisis de salud que ha enfrentado el país y el mundo entero, misma que en Guerrero ha dejado un saldo mortal de 4 mil 824 personas hasta el momento, es prioridad una transición en calma.
Lo que menos quieren los guerrerenses que sufren la enfermedad y el luto en sus hogares es que quien hasta ahora conduce y quien conducirá el estado a partir del mes próximo se enfrasquen en dimes y diretes mientras los ciudadanos lamentan sus dolorosas pérdidas familiares, y de muy queridas amistades.
Sería de una frivolidad horrenda, y una falta de respeto absoluto al luto y la tristeza de los guerrerenses que las diferencias partidistas o ideológicas pudieran más que la colaboración y el interés en sacar al estado adelante en medio de esta pandemia que a Héctor Astudillo le tocó y que a Evelyn Salgado también le tocará enfrentar de alguna manera u otra.
La primera gobernadora electa, quien es además la persona más joven que gobernará Guerrero, dio con su simple aparición una gran muestra de madurez y estatura política que seguramente no gustará a quienes no conformes con las miles de muertes acumuladas todavía quieren ver enfrentamientos e incluso luego de la elección trataron infructuosamente de forzar los tiempos para confrontarla con Astudillo.
Pero la actitud de ambos será reconocida por quienes le apuestan a una transición democrática y en paz.
Y me atrevo a decir que éstos son la mayor parte de los guerrerenses, independientemente de su afiliación o preferencia partidista. Hay que recordar que Guerrero es uno de los estados más obradoristas del país, y sin embargo Héctor Astudillo es uno de los gobernadores priístas con mayor aprobación de sus gobernados, y del propio presidente Andrés Manuel López Obrador quien le ha demostrado públicamente deferencia y no diferencia.
Evelyn Salgado y Héctor Astudillo van por la ruta correcta hacia una transición consciente de las necesidades actuales del estado, y respetosa del duelo y de las actitudes que del gobierno saliente y el entrante esperan los guerrerenses cuando todas y todos hemos llorado a alguien.
(A Mariana Labastida. Quien te conoció te hizo su mejor amiga).
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