Por Jesús Lépez Ochoa
Es de reconocerse a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda la intención de renunciar a su facultad para decidir la terna de los finalistas al cargo de Fiscal General de Guerrero en busca de que haya mayor autonomía en la Fiscalía. Pero, ¿resultará así?
En el contexto de la fuerte actividad del crimen organizado en la mayor parte del territorio nacional, y en Guerrero, el tema es lo que se dice una papa caliente que puede quemar la mano que lo tome.
No estoy diciendo que sea esa la motivación de la gobernadora para declinar a su facultad que por principio no exime su responsabilidad en lo que tiene que ver seguridad y justicia. La que ella dejó muy clara al informar su decisión es que la Fiscalía sea realmente un organismo autónomo en su trabajo consistente en la investigación de los delitos y la aprehensión de delincuentes.
Tampoco veo que el presidente de la Junta de Coordinación Política Alfredo Sánchez Esquivel esté rehusando a hacerlo así al recordar que por Ley el Congreso debe presentar a la titular del Poder Ejecutivo una lista de por lo menos 10 de los nombres de los aspirantes inscritos. Léase, a los semifinalistas.
Luego el Ejecutivo depura y regresa a los diputados los nombres de los finalistas y el Legislativo decide entre éstos.
¿De qué depende que a la final no llegue nadie afín a los grupos políticos, ni del gobierno, ni de la oposición, o peor aún, a relaciones inconfesables con los grupos delincuenciales, como para asegurar una verdadera independencia?
Los diputados tienen la representación ciudadana, pero también partidista. De tal manera que es como si un consejo de equipos de futbol votaran para decidir quién será el mejor jugador. Obviamente todos van a empujar por el que viste la camiseta de su interés.
Lo ideal sería una ardua investigación sobre los 44 inscritos y que la lista enviada al Ejecutivo sea realmente la de los mejores prospectos en el sentido profesional y ético, y no resultado de los cabildeos que éstos, sus jefes o grupos políticos realicen para favorecerlos porque la motivación del nuevo fiscal será el pago del favor y no el servicio a Guerrero.
En eso tiene mucha razón Evelyn Salgado al manifestar su buena voluntad de que en Guerrero exista una Fiscalía autónoma, aunque la autonomía resulte algo utópico si las motivaciones de quienes eligen no están alineadas todas a ese mismo y noble objetivo que no depende solo de ella.
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