Opinión| El show de la justicia

Por Misraim Olea Echeverría

La detención de Rosario Robles Berlanga en 2019 sentó las bases de la forma en que se aplicaría la ley en México. Desde entonces, provechando las lagunas legales, la Fiscalía General de la República ha detenido a personajes de la vida pública de México, principalmente a opositores del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Durante su campaña, López Obrador prometió hacer justicia, una de sus principales propuestas fue la de detener a los expresidentes, a quienes acusó de realizar actos de corrupción y de robar recursos públicos del Estado.

Otra de las propuestas del Presidente fue la de consultar a las y los mexicanos sobre la acciones de importancia del país; a través de este mecanismo AMLO dejó en manos de la ciudadanía la decisión de juzgar y perseguir los delitos que él mismo había imputado a los expresidentes de México.

Esta acción no pasó a ser sólo un espectáculo mediático que le ayudó al presidente a desahogar una propuesta difícil de cumplir, por no llamarle una mentira.

El caso de Emilio Lozoya Austin es uno más de la lista que día a día crece, el ex director de Petróleos Mexicanos fue extraditado, pero no fue detenido, de acuerdo con lo informado por el gobierno, Lozoya ha aportado información importante que contribuye a resolver el caso Oderbrecht.

A lo anterior se suma la reciente detención del ex gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “el Bronco”, acusado de utilizar recursos públicos y personal del gobierno del estado en horas hábiles para recolectar firmas y lograr ser candidato independiente en las elecciones de 2018.

En esta ocasión la detención la realizó la fiscalía estatal de Nuevo León y fue celebrada por el gobernador Samuel García, a quien de manera inmediata se le ha hecho saber que el show de la justicia solo se le debe adjudicar a la 4T.

Samuel ha entendido que las acciones del gobierno de AMLO son la medida de las cosas y ha aplicado una táctica similar para llamar la atención.

La justicia en los tiempos de la 4T tiene un sello característico, es selectiva, mediática y opaca; parece ser que en Nuevo León están copiando el formato y eso es peligroso para el país, replicar lo malo de los gobiernos solo deteriorará las instituciones.

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