Opinión| Dos visiones


Por Celestino Cesáreo Guzmán

El contraste entre dos visiones de la vida en Guerrero es complejo, porque da pie a que resurjan agravios acumulados durante décadas entre el pueblo y quienes lo han gobernado.

Y es que desde la polarización, no podremos encontrar la ruta para armonizar la visión de vida desde la perspectiva indígena y la letra constitucional.

En los últimos días, Guerrero vive una serie de desencuentros entre los líderes de algunos movimientos sociales y el Congreso de Guerrero, que poco o nada ayudan a consolidar los derechos de nuestros pueblos originarios.

Las razones que tienen los dirigentes de los movimientos sociales para obstaculizar la consulta, al final del día, chocan con el propósito de ampliar el derecho a la representación política de los pueblos originarios.

Estas reformas ya entraron en vigor en el pasado proceso electoral, y me parece un despropósito no validarlas.

El radicalismo y la adjetivación con que ciertos personajes interpretan la consulta, genera un ruido que perturba los ánimos y desata enconos que buscan, ante la premura del tiempo, convertir la consulta en un laberinto.

Y vale preguntar: ¿quién gana?, ¿qué se gana al descarrilar el ejercicio mediante el cual, se dará cumplimiento al mandato de la Suprema Corte de Justicia de reponer el procedimiento de consulta?

El trabajo de los legisladores ha sido calificado de manera injusta como una “simulación” por parte de algunos dirigentes sociales, quienes se abrogan la representación de los pueblos indígenas y afro.

En la discusión de la plaza pública, frente a los medios se hacen apreciaciones equivocadas, en especial en lo que se refiere a que no se informa a las comunidades de las reformas en puerta.

Lo cierto, es que la 63 Legislatura impulsa en varias etapas (una de ellas, la informativa), una consulta con el propósito de que sean los miembros de las etnias, quienes validen reformas en materia de seguridad, elecciones y educación.

En ese esfuerzo, la gobernadora Evelyn Salgado ha presentado iniciativas de reforma para ampliar los derechos de nuestros pueblos originarios.

Propuestas que se van a discutir en asambleas en las comunidades.

Otra etapa contempla el diálogo para incorporar las observaciones, inconformidades y adiciones a las reformas.

El propósito es lograr el reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos originarios y reconocer sus modos tradicionales de aplicar justicia; sin que se quebranten los derechos humanos y se respete la Constitución.

Por cuanto hace a las reformas en materia de seguridad pública, me parece que las diferencias con la CRAC se pueden resolver con voluntad, diálogo propositivo y respetuoso, toda vez que aún se pueden incorporar sus propuestas.

La responsabilidad de un líder es conducir a sus representados hacia la conquista de reivindicaciones históricas, lo que tendría que volverlos reflexivos y serenos. La consigna de todo o nada es mala consejera.

La CRAC es reconocida y ha ganado respeto de propios y extraños en las zonas donde operan desde su creación por los resultados de su trabajo. Los guerrerenses no debemos reñir, no debemos dividir a la gente. Debemos impulsar lo que funciona. La rebeldía es un motor de cambio, pero tenemos que romper el viejo esquema de lucha de clases y caminar juntos.

El resto de policías comunitarias es urgente se sometan a normas que establezcan límites. Desaparecerlas por decreto ya no es una opción.

La consulta va, y es mejor promover los acuerdos y entendimientos, para hacer realidad un modelo de Estado multicultural y pluriétnico y plasmarlo en leyes y reglamentos.

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