Por Jesús Lépez Ochoa
El resultado de un proceso interno de partido político no tiene por qué incidir en las relaciones intergubernamentales entre estado y municipio como la elección de consejeros de Morena influyó de manera negativa en la alcaldesa de Acapulco Abelina López Rodríguez.
La presidente municipal decidió no acompañar a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda en una gira de trabajo por Acapulco debido a que los resultados de la reposición de la elección de consejeros en el Distrito 9 de este municipio favorecieron al grupo político del senador Félix Salgado Macedonio, padre de la mandataria guerrerense.
Abelina acusó incluso una elección de Estado en alusión a la presencia de “hasta guaruras”, dijo. Aunque también funcionarios de su gobierno fueron vistos en la Unidad Deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento donde tuvo lugar a votación realizada al más puro estilo priista con acarreados y tortas.
“Interpreten mi silencio” expresó cuando le preguntaron por su ausencia en la gira de la gobernadora, durante una entrevista en un evento en el que estuvo acompañada por el empresario Luis Walton Aburto.
Walton es su aliado político en el impulso a la candidatura presidencial del secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón, y al parecer no ha superado el proceso interno por la candidatura a gobernador que primero le ganó Félix Salgado y luego Evelyn Salgado cuando a su papá le fue retirada la candidatura.
Al menos eso evidenció unos días antes el senador y también aspirante presidencial de Morena Ricardo Monreal Ávila.
En una reunión en Acapulco con integrantes de la Red de Periodistas y Medios Digitales del Estado de Guerrero Monreal recriminó a Félix Salgado: “Yo lo apoyé y hasta Walton me dejó de hablar”.
Ese reproche a Salgado por su apoyo a la aspiración de Claudia Sheinbaum pinta también a Luis Walton como una persona rencorosa que no supera la derrota al grado de terminar amistades, e incluso podría pensarse que influencia a la alcaldesa Abelina para romper relaciones con la gobernadora.
Pero paradójicamente Luis Walton, junto con Manuel Añorve Baños, han sido los únicos presidentes municipales en la historia reciente de Acapulco que no se pelearon con el gobernador en turno.
Añorve logró llevar la fiesta en paz nada menos que con el gobernador Zeferino Torreblanca, con quien hasta a patadas se habían agarrado años atrás, y Walton caminó de la mano con Ángel Aguirre cuya popularidad lo arrastró a la alcaldía en una coalición del PRD y Movimiento Ciudadano.
Evodio Velázquez Aguirre y Adela Román Ocampo no llevaron buena relación con el priista Héctor Astudillo, y Abelina va en la misma dirección.
Aunque su motivación no parece ser la falta de apoyo del gobierno estatal que acusaban sus antecesores, sino el resultado de un proceso interno de su partido político, lo cual no debería afectar las relaciones entre dos gobiernos cuyo principal objetivo debe ser el bienestar de los acapulqueños.
Ojalá la responsabilidad con los gobernados y la madurez política prevalezcan y se retome la buena relación que se espera de dos mujeres que gobiernan bajo la misma bandera de transformación.
Esta palabra lleva implícito el cambiar la manera de hacer política, no en beneficio de proyectos de partido como el de un aspirante presidencial o para la siguiente candidatura como tanto se criticaba a los de antes, si no para el tan llevado y traído pueblo al que tanto aluden los discursos del partido en el poder.
Pueblo que está integrado no sólo por morenistas, si no por todos y cada uno de los ciudadanos de todo credo, afiliación, raza, complexión, preferencia u ocupación.
Lo del partido al partido, y lo del gobierno al gobierno. Se gobierna para todos. Vuelta a la hoja y reconciliación, por favor.
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