Por Roberto Camps
Al contador Zeferino Torreblanca le guardo un aprecio y reconocimiento. A él le tocó abrir camino en las lides de la política para que la oposición llegara al poder, en Acapulco y el gobiermo de Guerrero.
Su persistencia, su capacidad de levantarse de los tropiezos electorales, y el acompañamiento que tuvo en su momento del Partido de la Revolución Democrática, dieron a ese municipio una seguidilla de gobiernos que aportaron mucho a la administración pública y al desarrollo urbano de la ciudad y del estado.
Lo que siguió durante y después de la era perredista y de un aliado que siempre declaró lo azul de su corazón es de todos conocido, y no es el propósito de este texto.
Lo cierto es que al paso de los años, al romper su relación con el PRD la presencia política del ex gobernador decayó, resolviendo un debate que yo sostenía con algunos de sus cercanos sobre si el PRD hizo a Zeferino o viceversa.
El ex líder empresarial sufrió dolorosas derrotas ante personajes emergentes en política, que por lo visto, le dejaron profunda huella.
Hoy, es una pena ver cómo un ex alcalde y ex gobernador de nuestro estado elija la descalificacion y el insulto para discutir las coyunturas políticas.
Yo recuerdo que uno de los consejos que me envió en una ocasión el contador Torreblanca sobre mis participaciones en radio, es que no las hiciera de manera visceral. Orientación que traté de seguir y agradezco.
Su aparición sin duda tiene tintes electorales, el 2023 será un año de definiciones políticas importantes para el país. No es casual que salga a descalificar en estos tiempos político-electorales.
Si bien es cierto que la crítica ayuda, el insulto no lo hace, y siempre será mejor proponer ideas que construyan un ambiente de diálogo y que sea de beneficio para Acapulco y para Guerrero.
Es pronto para juzgar los resultados del nuevo gobierno estatal, pero nunca será oportuno menospreciar la capacidad de una mujer de gobernar como él lo ha hecho.
Y hay que decirlo, le resta credibiliad el hecho de descalificar de esa manera el desempeño de las mujeres que ascendieron a espacios de responsabilidad.
Poner en orden la casa, remontar las inercias que se heredan, combatir la corrupción, gobernar al lado de la gente, administrar con austeridad para llevar esos recursos a la gente, inculcar una cultura que haga valer y proteja la integridad de las mujeres, son algunas de las acciones que impulsa la gobernadora Evelyn Salgado.
Por tanto, me parece injusto que desde una visión soberbia y machista se le pretenda descalificar.
Además, es muy simplista pretender evaluar a un gobierno cuando éste apenas empieza, cuando está sentando las bases del cambio, de la transformación.
Aún con los aportes que tuvo, Zeferino mismo no logró en sus periodos de gobierno, sentar las bases de un Guerrero diferente.
Sacar a Guerrero del atraso no es fácil, lleva tiempo y requiere la alineción de muchas circunstancias que rebasan por mucho, la capacidad de un gobernante.
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