Por Celestino Cesáreo Guzmán
Ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le tumbó la primera parte del Plan B al presidente López Obrador por el desaseado proceso legislativo en que incurrió la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados, el secretario de Gobernación retomó el llamado Plan C, que no es otra cosa que en 2024 el grupo en el poder tome el control total del Congreso de la Unión para aprobar reformas a la Constitución.
Ello implica un gran riesgo para el país porque es dar carta de naturalización a un Maximato y entregar a México en manos de un solo hombre.
La decisión del Poder Judicial de declarar inválidas las reformas electorales, influirá en el proceso electoral federal próximo, y es de esperarse que en los próximos días resuelva el segundo paquete de reformas que modificaron la estructura y funcionamiento del INE. Todo indica que correrá la misma suerte.
Tener un árbitro electoral fuerte, es condición indispensable en una democracia. El piso parejo posibilita la competencia electoral, así como los procesos de alternancia.
Es claro que la apuesta de Morena para el 2024 es lesiva para el país. En estos años se ha dedicado a debilitar el sistema de pesos y contrapesos que son los órganos autónomos.
La prisa desde el Congreso de la Unión con mayoría de Morena por desmantelar instituciones, no tiene otro propósito que consolidar un autoritarismo de viejo cuño, un presidencialismo exacerbado, que le incomoda la división de poderes en México.
Por ello el constante asedio en contra de la presidenta Norma Piña, y las furibundas reacciones del Presidente, en contra de los ministros de la Corte.
La Corte como órgano autónomo, lo que hace es defender la Constitución, y a nosotros nos toca defenderla de los ataques que vienen en su contra.
Las graves violaciones al procedimiento legislativo, dieron argumentos a los magistrados para corregir los excesos cometidos por los legisladores.
Recientemente, el Senado aprobó de manera atropellada una serie de reformas que desaparecen entes públicos y modifican otros, sin pasar por comisiones, sin consultar a los afectados, sin qorum legal, en lo que es conocida como “La Noche Negra del Senado”.
¿Le sirve al país una mayoría Morenista que pone de rodillas al Poder Legislativo ante el Presidente y avasalla a amplios sectores de la sociedad? La respuesta es no. Le sirve a México la pluralidad.
En la medida en que los mexicanos y los guerrerenses comprendan que en 2024, con su voto definirán el futuro del país, quedará definida la composición próxima del Congreso de la Unión.
En los meses que vienen hay muchos temas que reflexionar y discutir, pero por el momento, la decisión de los ministros de la Corte, le ha dado un respiro al país, envuelto en una vorágine de atropellos y excesos que promueve el inquilino de Palacio Nacional, quien no cesará en sus intentos por perpetuarse en el poder.
Defender la Constitución es obligación de todos: Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie, dijo José María Iglesias en 1876.
Los mexicanos ya hemos vivido estos episodios y los hemos rechazado. Con valor y decisión.
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