Médula| Después del huracán, bombas de tiempo

Por Jesús Lépez Ochoa
Hay varias bombas de tiempo en Acapulco que piden a gritos la atención de las autoridades para evitar que desgracia sobre desgracia ocurran en el puerto
Lo primero es que urge que las autoridades federales y Pemex tomen el control de las gasolineras en Acapulco, varias son ordeñadas todo el día por miles de personas que hacen largas filas para llenar con manguera, directo de los tanques, todo tipo de galones.
No quiero imaginar un chispazo.
Esa peligrosa situación se vive diariamente en lo que quedó de las estaciones de servicio de la colonia Progreso, y en las de avenida Constituyentes.
A unos metros de donde huachicolean la ubicada en la plaza frente a la Unidad Deportiva Vicente Suárez, se encuentra una de las pocas zonas donde las personas encuentran señal de telefonía celular, y todos sabemos porqué se prohíbe el uso de teléfonos mientras cargamos combustible.
Otra bomba de tiempo es la inseguridad. En varias colonias del Centro como la Bellavista, la Progreso y Morelos, no se ha visto presencia policiaca y se delinque impunemente.
No lo digo por los saqueos que no han dejado comercio con anaquel en todas las zonas del puerto. Si no por asaltos a armados a casas habitación por el rumbo de la Bellavista, la Cuauhtémoc, la Morelos y Mozimba, por parte de jóvenes encapuchados que se mueven en motocicletas.
Esto ha obligado a la auto imposición de toques de queda en algunas calles donde los vecinos las bloquean con las láminas, puertas, ventanas y tinacos que Otis arrancó de sus casas, así como de los árboles, postes y ramas que derribó.
En algunos no dejan pasar a nadie que no conozcan a partir de las seis de la tarde que comienza a oscurecer. En otros es durante todo el día.
En la esquina de la calle 3 y avenida Santa Cruz, los vecinos rescataron a una joven de un agresor sexual que la llevaba en una camioneta y discutía con ellos para que lo dejaran pasar cuando la mujer les pidió auxilio.
La Guardia Nacional permanece en la avenida Ejido, a dos cuadras de distancia, pero no entra a la colonia Bellavista.
Otra grave problema es que falta mucha información a la población ante la falta de Internet, redes de telefonía que las autoridades no han sido capaces de sortear. El envío de personas con megáfonos informando en lugares transitados a dónde puede acudir la gente para comunicarse con familiares, obtener una carga de energía para sus teléfonos, o recibir apoyo alimentario, hubiera ayudado mucho.
Aunque sí hay que reconocer que la gobernadora Evelyn Salgado y la alcaldesa Abelina López han estado muy al pendiente, y que la Comisión Federal de Electricidad, el Ejército, la Marina, Guardia Nacional y trabajadores de estados como Guanajuato y Morelos han estado apoyando, por la magnitud del desastre no han llegado a todas las colonias.
Pero no podemos dejar de advertir las situaciones que ponen a la población en mayor riesgo de elevar el nivel de la tragedia, algo que nadie desea.

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