Por Jesús Lépez Ochoa
Al aplazamiento de la definición de diputaciones y ayuntamientos de Guerrero por parte de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena le siguió una ola de trascendidos de que tal o cual aspirante habría ganado la encuesta para la candidatura a la alcaldía de Acapulco. La joya de la corona.
La extensión para tomar una decisión parece en realidad la prolongación del intento por construir un acuerdo político aún no logrado, cuya negociación encarecen los diversos participantes al proclamarse triunfadores, ya sea en trascendidos o de manera directa, previendo un madruguete.
Y es que Morena no tendría problema en definir hasta abril. Tiene el día 3 de ese mes como límite en el calendario del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) para registrar a sus candidatos a presidentes municipales.
Pero, circula una versión de que su dirigente nacional Mario Delgado anunciaría el próximo viernes 16 de febrero el nombre de quien coordinará los trabajos de la Cuarta Transformación en Acapulco. Su candidata o candidato, pues, sin el eufemismo.
Según esto, hoy miércoles se estaría levantando una segunda encuesta en la que solamente participarían tres mujeres y tres hombres: la actual alcaldesa Abelina López Rodríguez, la diputada con licencia Yoloczin Domínguez Serna, y la regidora Ricarda Robles Urioste; así como el regidor Illich Lozano Herrera, el empresario Carlos Granda Castro, y Yoshio Ávila, según la nota publicada en el periódico El Sur.
De ahí que, por ejemplo, la afirmación del diputado Joaquín Badillo de que él y Abelina ganaron la encuesta sería una declinación tácita en favor de la presidenta municipal, quien verdaderamente iría arriba, si esta versión resultara cierta, pues él ya se sabría excluido de la segunda vuelta cuando lo dijo, lo cual implicaría una ruptura del autollamado Pargo con el felixismo que apoya a su compañera Yoloczin Domínguez.
Lo que Morena debe cuidar es que esos reacomodos que pudieran darse queden en casa y no beneficien a la oposición ávida de establecer acuerdos con algunos aspirantes, sobre todo con aquellos favorecidos por la encuesta pero desplazados de la candidatura por criterios cupulares.
Ahí habría una ventana de oportunidad para algunos actores que aunque no han sido tan visibles se han mantenido en la competencia, como es el caso de Carlos Granda quien ha guardado prudencia a lo largo del proceso. ¿Sería él con quien el felixismo, el nuñismo y la propia Abelina se sintieran cómodos para hacer equipo?
Y es que en Acapulco la pregunta ya no es quién tiene más puntos en una encuesta, o menores negativos, si no quién tendría más posibilidades de ser una amalgama para las expectativas de los grupos de poder para que la continuidad de la cuarta transformación tenga no solo una cabeza en el Palacio Municipal del Parque Papagayo, sino además un Cabildo que la fortalezca, lo cual será complicado si cada fuerza jala la carreta para un lado diferente, lo cual puede darle regidurías, y hasta diputaciones, a la oposición.
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