Por Marco Antonio Adame Meza.
La toma de protesta de la presidencia de México es un acto lleno de simbolismos, un protocolo que incorpora elementos republicanos de fuerte identidad nacional,pero también, un procedimiento de profundo significado para nuestro sistema político. Es el cambio en la estafeta del poder público en la titularidad del ejecutivo, cabeza de gobierno y a su vez jefatura deEstado.
Pero además de lo anterior, lo que observamos millones de mexicanas y mexicanos fue un acontecimiento histórico, porque presenciamos el arribo de una mujer al poder político, la llegada de una presidenta con “A”, como lo ha enfatizado la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Su discurso de toma de protesta como presidenta de México, incorporó elementos significantes, por ejemplo, las distintas etapas en el mensaje, en un primer bloque de abiertas referencias de reconocimiento al presidente saliente, pero además,con reafirmación a su liderazgo político, enfatizando la continuidad; un segundo bloque de arraigo histórico y nacionalista; un tercer bloque de reivindicación de las acciones políticas de la denominada cuarta transformación donde se posicionó en defensa de acciones como la reforma al poder judicial; un cuarto bloque de reivindicación de las mujeres en el desarrollo de México y; un quinto bloque con una exposición general sobre lo que significará el denominado “segundo piso de la transformación nacional”.
Pero, está claro, que para analizar un discurso hace falta observar más allá de las palabras. El mensaje está en los detalles. Pues además de los aspectossignificantes estuvieron presentes muchos elementos de profundo significado, por ejemplo, la presencia de Ifigenia Martínez, presidenta de la cámara de diputados, figura emblemática de la izquierda mexicana, un referente en la lucha de mujeres que irrumpieron en la política nacional promoviendo unaagenda de igualdad. El hecho de que Ifigenia Martínez recibiera la banda presidencial, de manos de Andrés Manuel López Obrador, convirtiéndose en recipiendaria del poder público de México para entregarla a la presidenta Claudia Sheinbaum, fue más allá de una metáfora que aluden a la soberanía que recae en el pueblo, también hace referencia a que se traspasa la lucha de millones de mujeres. “Te la paso a ti” dijo López Obrador, “Te la paso a ti” dijo Ifigenia Martínez a Claudia Sheinbaum, entregando más allá del poder público, y pasando la estafeta de los sueños a los que hizo referencia la presidenta Claudia en su discurso, la lucha y las aspiraciones de las bisabuelas, de las madres, de las hijas, esa metáfora profunda de que no llega sola, llegaron “todas”, las mujeres, en plural.
Este momento representó un aspecto de profundo poder connotativo, un significado simbólico asociado con el signo, como lo fue también su vestimenta blanca de neutralidad, de faldas, con matices multicolores de identidad nacional, esa fue la imagen de la presidenta que, a la llegada al recinto de San Lázaro, frente a la escolta de cadetes, vio declinarse ante ella a la bandera nacional.
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, dijo alguna vez que “cuando una mujer se mete en política, cambia la mujer (pero) cuando muchas mujeres se meten en política, cambia la política”, por eso fue significativa la comisión de recepción integrada pordiputadas de distintos partidos, la presencia de cadetes mujeres escoltando el escenario del recinto de San Lázaro, el congreso paritario, gabinete paritario y la presencia en la titularidad de los poderes públicos de mujeres.
Ya de regreso a las palabras, a los elementos denotativos, el significado literal, la definición objetiva, podemos decir que existe un empalme en lasnarrativas. Evidentemente que hay elementos, vestigios discursivos, de Andrés Manuel López Obrador. No podría ser de otra forma, pues se asume heredera de un movimiento mayor, de una plataforma en la que se ubica como constructora de continuidad y por eso la reivindicación a frases categóricas como: “por el bien de todos primero los pobres” “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, “no mentir, no robar, no traicionar”, y la “austeridad republicana”; además de ello, y tampoco podría ser de otra manera, yaexisten matices de esa particular forma de gobernar, es decir, de esa continuidad con sello propio que a primera vista está depositada en las acciones de gobierno, en las políticas públicas con énfasis en la educación, la cultura, la sustentabilidad, la construcción de paz pero también en la disposición de llegar a acuerdos, de desprenderse de cualquier acto autoritario o de abuso de la mayoría parlamentaria, se ubicó como una gobernante abierta al diálogo ydemócrata.
Esos matices bien pueden ser esa particular forma de ejercer el poder de Claudia Sheinbaum, que también representará, en positivo, el sello de hacer política y de gobernar de las mujeres. “La política cambia”.
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