Opinión| Los cien días

Por Marco Antonio Adame Meza

Siempre nos resultan simbólicos los umbrales. Por ejemplo, pasar de un año a otro significa de manera recurrente evaluar y replantear, representa calificar y ajustar.  Quizá por eso el mes de enero ha sido nombrado en honor al dios antiguo de la mitología romana, Jano; una deidad de dos caras presente en los portales que mantiene un rostro observando hacia el pasado, reflexivo y nostálgico y; otro puesto en el futuro incierto pero esperanzador. Por esa razón, en recientes fechas, nos hicimos recuentos y propósitos, inspirados en este ambiente examinador.

Con los cumpleaños pasa lo mismo, el umbral de llegar a un año más de vida nos permite diagnosticar el camino recorrido y plantearse los pasos a seguir. Cumplir años tiene esa suerte de escalón, de peldañoen el camino. 

En el ámbito público, los cien días de gobierno también han representado últimamente otro umbral. Para las administraciones que han comenzadogestión, rebasar la frontera de los primeros cien díases una oportunidad de ubicar cómo han comenzado los trabajos, si la administración y el equipo de gobierno han cumplido sus propósitos de arranque, y de saber qué tanto se ha avanzado en la resolución de algún problema público. 

Esta tradición tiene su origen en el despegue de administraciones que comenzaron su gestión en condiciones caóticas (¿cuál de los actuales gobiernos, con los desafíos que tenemos, está exenta de esacircunstancia?)

En ese sentido, la referencia histórica de “los cien días”, la encontramos en el plazo propuesto por el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica en 1933 que se planteó en el contexto de una fuerte crisis económica, la Gran Depresión, entregar resultados inmediatos. Así sucedió con su entonces recién electo Presidente de la República, Franklin D. Roosevelt, en ese contexto la administración entrante, había planificado una serie de medidas de carácter urgente para aminorar los estragos de la crisis, y el plazo de cien días permitió ponderar las estrategias frente a un escenario adverso. En esa experiencia, los cien días fueron un tiempo suficiente para conocer de los avances en la solución de un desafío público.

Hoy, estamos en el ambiente de actos de gobierno de las administraciones que comenzaron su gestión hace poco más de tres meses y que se preparan, en el contexto de los cien primeros días de gobierno, arealizar informes públicos de resultados.  En ese recuento, nos encontramos frente a un umbral tantopara nuestra Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo; como para nuestra presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, que preparan un diagnóstico de medidas implementadas de inicio de gobierno. En ese propósito siempre es deseable que la evaluación de los gobiernos se procure desde la exposición de indicadores sobre temas de primer orden: violencia, pobreza, empleo, servicios públicos. 

Los umbrales son importantes, decíamos al principio, nos permiten evaluar, valorar y también redireccionar. En esa ponderación, Jano bifronte exige esa dualidad,entre el pasado reflexivo y el futuro esperanzador. 

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