
Por: Marco Antonio Adame Meza
Sonaba en unas coplas de José de Molina, cantautor de música de protesta mexicana de los años 80´s, “pobre México señor, a merced de estos bandidos, lejos de Dios y tan cerca de los Estado Unidos”.
Hoy, que nuestro foco de atención está puesto en la toma de protesta del presidente Donald Trump, y dado el grado de beligerancia de sus pronunciamientos de los últimos meses, que han tensado verdaderamente al gobierno de México, nos preguntamos con seriedad sobre las implicaciones en los temas de mayor rispidez: seguridad, economía, comercio y migración. Asuntos centrales de estabilidad para México, más aún por el grado de vinculación con el país vecino del norte.
En este contexto, para un estado como Guerrero, vale la pena reflexionar, pero además poner sobre la mesa las condiciones que podrían estar presente en una relación diplomática tensa.
En principio, para nuestra entidad, como para casi todas las de nuestro país, es importante considerar el fenómeno migratorio. Al respecto, se estima que un cuarto o un tercio de la población de Guerrero está radicando en Estados Unidos; entre los datos se desataca que nada más en Chicago, el mayor receptor de guerrerenses, viven 300,000 paisanos.
Las cifran se calculan que entre 29,000 personas de Guerrero migran cada año a Estados Unidos, motivados, parece obvio, por la búsqueda de empleo, la reunificación familiar, y factores como la inseguridad o violencia, según datos del INEGI (2022).
En el terreno de la economía se puede destacar que, en 2023, Guerrero recibió un total de 3,181.8 millones de dólares en remesas, lo que representó un incremento del 6.4% respecto al año anterior. Este monto equivale al 13.8% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal de Guerrero, ubicándolo como uno de los estados de México con mayor dependencia de las remesas en relación con su economía, lo anterior, de acuerdo a datos del Sistema de Información Económica (Banxico, 2023).
Con esta información general, ya podemos advertir que efectivamente, no estamos lejos de que un cambio en la política económica, comercial o de seguridad impacte en nuestro estado o que sus consecuencias no nos alcancen, por el contrario, las definiciones en las políticas en la administración del presidente Donald Trump tendrán una importante repercusión en nuestra entidad suriana.
Además, lo que resulta más complejo es que el carácter y personalidad del próximo presidente de los Estados Unidos, impide advertir o anticipar la estrategia para aminorar los impactos negativos en cualquiera de los tópicos. Sin embargo, aunque no hay claridad en esos terrenos parece que en el contexto nacional hay seguridades en cuanto a una posición clara, en voz de la presidenta Claudia Sheinbaum: “Siempre tendremos la frente en alto, México, es un país libre, independiente y soberano… nos coordinamos, colaboramos, más no nos subordinamos». Sin duda un reto grande frente a esta cercanía compleja.
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