
Por Marco Antonio Adame Meza
En los últimos días ha llamado a la reflexión el proceso de afiliación que está emprendiendo el partido MORENA en México, que se han propuesto, como lo ha mencionado su dirigencia, alcanzar a nivel nacional más de10 millones de personas y crear más de 70 mil comités seccionales.
Es legítimo que los partidos políticos aspiren a robustecer sus filas. Entre otras cosas porque una desus funciones principales es la de representar intereses sociales, tener la capacidad de articularlos en torno a una organización y agregar las demandas de la ciudadanía (Sartori, 2005), eso justifica que siempre los partidos tiendan, en épocas no electorales, a tratar de incrementar su militancia.
El asunto, en este debate, estriba en los filtros para integrar y articular esas demandas e intereses de la sociedad, o si fuera el caso también, que sin filtros se optara por incorporar a sus filas cualquier iniciativa de cualquier integrante de la ciudadanía, pasando por los de mayor cuestionamiento público.
En algunos casos, se infiere, que esos filtros pueden ser los elementos que articulan a las personas entorno a una organización, entre otros, son la coincidencia política sobre la manera en que deben de atenderse los problemas públicos, ciertos principios sociales en el ejercicio del poder, valores que les ubican ideológicamente o similitudes en la forma de hacer política. Cuando no existen estos elementos como detonantes de la organización, se puede inferir que el aspecto amalgamador está en las coincidencias de intereses individuales que, en suma, agregan a las personas.
Angelo Panebianco, en su obra Modelos de Partido: Organización y Poder en los Partidos Políticos (1988) desarrolló una clasificación de estas organizaciones, y distinguió dos modelos contrapuestos. Por un lado, el partido burócrata – jerárquico y por otro el profesional – electoral. El primero tiene como característica general contar con una estructura rígida y centralizada, con una fuerte militancia y reglas organizativas claras yestables, basadas en principios ideológicos; elsegundo, por su lado, suele ser una organización más flexible centrado especialmente en la competencia electoral, en ganar elecciones, y suele tener una forma de comunicar más efectiva en medios masivos. Los partidos modernos de las democracias contemporáneas en general son de este último corte.El asunto es que más flexibilidad en la agregación supone menos requisitos en la admisión, y el equilibrio virtuoso tiene que ver con encontrar el verdadero punto justo entre lo que se prioriza más o lo que se pondera menos.
Sin embargo, cabe mencionar que MORENA surge como una organización que, entre otras, cuestionó la forma convencional de aglutinarse y hacer política a través de los partidos. Tan alejada a la propia figura de los partidos políticos que en sus siglas se denomina movimiento, y que propuso basar su organización resaltando diversos principios políticos.
Entonces, quizá estamos percibiendo una transición en la naturaleza de MORENA, y por ello observamosuna transformación hacia un partido profesional – electoral, más flexible en hacer más amplia la puerta de acceso al partido, pero a costa siempre de menos requisitos para su admisión. En la dualidad del más o menos.
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