
Por Marco Antonio Adame Meza
Strange Fruit (Fruta rara o Fruto extraño) es una canción de 1939, interpretada por Billie Holiday. Además de su melodía atrapante la canción se abrió paso en el contexto de las agresiones que terminaban en linchamientos hacia la población negra en el sur de los Estados Unidos de Norteamérica. Fruto extraño hace referencia a esos árboles de los que colgaban los cuerpos de personas afrodescendientes que lucharon por los derechos humanos a principios del siglo XX.
He recordado ese canto, para reflexionar sobre lo que ocurre en México. Un país sembrado de cuerpos de miles, que han sido desaparecidos y enterrados como una semilla extraña de la que no nacen árboles, de las que no hay ningún fruto. Una semilla extraña que seca nuestra tierra.
Hace unos años, en el contexto de la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa; se emprendió una búsqueda desesperada, – hasta encontrarlos -, por parte de las autoridades para llegar a su paradero. Recuerdo con desesperanza que entre tanta búsqueda comenzaron a encontrarse fosas clandestinas de los que brotaron cuerpos. Por la coyuntura del momento, la noticia se dispersaba, “no son los estudiantes”, se decía luego en los titulares de los periódicos y así ocurrió en muchos otros casos más, “no son”, “no son ellos”, se decía, y a seguir buscando. Pero entre tantodesconcierto alguien preguntó con indignación, pero entonces si no son ellos … quiénes son.
Sin duda, “los árboles del sur dan un fruto extraño, sangre en las hojas y sangre en la raíz”. Según datos del Instituto Nacional de Desarrollo Social (INDESOL), 14 personas desaparecen todos los días en México.De acuerdo al Informe Nacional de Personas Desaparecidas de 2024, un trabajo realizado por la Red Lupa, muestra que la desaparición de personas en México persiste en todos los estados del país. En sus cifras oficiales compara los sucesos de mayo de 2022, 2023 y 2024, y en ellos se observa un aumento del 7.3% en 2023 y del 6.3% en 2024 en el número de personas desaparecidas.
Se trata de un gran desafío, derivado de otros que se han profundizado en México, y que en las últimas décadas se ha agudizado: la violencia, la inseguridad, la incapacidad gubernamental para combatir el crimen, el frágil estado de derecho, la impunidad. Asuntos en la agenda de las actuales administraciones y que, sin duda, será determinante para evaluar también sus desempeños.
México se ha convertido en una tierra de personas desaparecidas, en la que se han forzado y se hanenterrado sueños, aspiraciones y proyectos de miles; yhan dejado en la superficie a otros miles de personas, millones, que buscan además de cuerpos, muchas respuestas. Lo hacen, además, con la convicción y la vocación descrita en el poema Elegía de Miguel Hernández, que en sus versos dolorosos se describe lo que miles de madres y padres, hijas e hijos, hermanas y hermanos, de familiares de las y los desaparecidos, todos los días pronuncia:
“Quiero escarbar la tierra con los dientes,/ quiero apartar la tierra parte a parte
/ a dentelladas secas y calientes. / Quiero minar la tierra hasta encontrarte /y besarte la noble calavera/ y desamordazarte y regresarte.”
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