Por Celestino Cesáreo Guzmán
Vale la pena reflexionar sobre qué es lo que está en juego en la elección del próximo seis de junio.
Más allá de la aceptación o rechazo que tengan los candidat@s y sus partidos políticos, más allá de esperar que se repita el fenómeno de 2018, donde el efecto de un candidato presidencial arrollador hizo ganar a muchos que no pensaban ganar.
En 2021 está en juego el futuro de Guerrero y de su gente. Y no se trata de una frase como slogan.
Bastaría echar una mirada a la desaparición o recortes a programas federales, como las estancias infantiles o los comedores comunitarios, el programa 3 x 1 de Migrantes, la zona económica en la Costa Grande, la desaparición del presupuesto para prevención del delito a estados y municipios, la falta de proyectos de impacto en el estado. Guerrero no está en los planes de la 4T.
Los electores también tendrían que preguntarse ¿para qué sirvió otorgar la mayoría a un partido en ambas cámaras? Para que serviría otorgar la mayoría de las gubernaturas y municipios?
Los electores tendrían que valorar si no sería más sano para la democracia los justos equilibrios. Donde haya espacios se escuchen las distintas voces y visiones de Mexico
¿La económica va bien?, ¿el empleo?,¿la educación?, ¿la salud?, ¿el manejo de la pandemia ha sido el correcto?
La próxima elección es es el momento de poner todo en la balanza y apostar por los equilibrios.
Durante dos años consecutivos, el Presupuesto de Egresos de la Federación ha destinado cuantiosos recursos a los megaproyectos del sexenio: las plantas refinadoras, el nuevo aeropuerto en la Ciudad de México; el Corredor Transístmico de Tehuantepec y el Tren Maya.
A lo largo de estos dos años, el país observa atónito la embestida en contra de órganos autónomos como el Instituto Nacional de Acceso a la Información, el Instituto Nacional Electora, o la desnaturalización de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La ASF vive horas amargas, cuando durante décadas, ha sido una institución que gozó de prestigio porque era incómoda al Poder Ejecutivo.
¿Aprenderemos los guerrerenses de estas lecciones?, no lo sé; pero de lo que sí estoy convencido, es que mis paisanos… No están cruzados de brazos.
Recuerdo muy bien que en la gira que el presidente Andrés Manuel López Obrador, la participación de los comisarios, de los productores, era para solicitar al Ejecutivo inversiones para el desarrollo, para la educación, para la restauración de las carreteras. Los guerrerenses saben bien que es mediante el trabajo como van a mejorar sus condiciones de vida.
Por el contrario, esta concentración de poder ha resultado perniciosa y ha ocasionado retrocesos.
Confío en que el 6 de junio, se tomará la mejor decisión en la soledad de la urna.
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