Médula| La Jucopo bajo asedio

Por Jesús Lépez Ochoa

La lucha por la coordinación de Morena y con ello de la Junta de Coordinación Política en la próxima legislatura se ha vuelto encarnizada y eso que aún falta casi mes y medio para que los nuevos diputados asuman sus cargos.

En política no hay casualidades. En los últimos tres días las zancadillas que buscan hacer tropezar a Alfredo Sánchez Esquivel para que no repita al frente del Congreso se hicieron notar en escaparates con gran atención mediática como el sexto informe del gobernador Héctor Astudillo Flores y la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En un solo fin de semana se pasó de un paro laboral que impidió la asistencia del gobernador al recinto legislativo, a las pancartas y acusaciones contra el líder del Congreso en actos del presidente.

El paro laboral y la toma de la sede parlamentaria obedecen a la sorpresiva demanda de un 8 por ciento de incremento salarial cuando hace meses los líderes sindicales aceptaron el 3.15 por ciento que ya fue pagado e incluso con retroactivo.

También el pago de un bono “para secretarias”, pero no para las secretarias, si no para todos los trabajadores sindicalizados.

Ambas exigencias son verbales y no figuran en ningún pliego petitorio, lo que resta seriedad al movimiento y hace pensar en que o los representantes sindicales quieren su propio bono de fin de legislatura, o el dirigente estatal David Mastache ya tomó partido en el relevo del Congreso y decidió pelearse con el grupo político de Félix Salgado Macedonio al que Sánchez Esquivel representa.

Con ello, obviamente el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero estaría enviando una muy mala señal al nuevo gobierno de la Cuarta Transformación que está por iniciar en un par de meses Evelyn Salgado Pineda.

EL TON Y EL SON

Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador refrendó su buena opinión sobre el gobernador de Guerrero Héctor Astudillo Flores.

Las menciones positivas hacia el titular del Ejecutivo estatal van más allá de la simple cortesía política como buscan minimizar algunos, pero tampoco llegan al extremo de la complicidad para “entregar el estado” a Morena cómo a la ligera opinan otros.

No debe soslayarse que Astudillo ha sido un gobernador con mucha claridad sobre el escenario político que se presentó a la mitad de su mandato con la llegada de López Obrador a la presidencia de la República ante el cuál hizo lo que debía hacer, coordinarse con. Ejecutivo federal para que su Estados se beneficie de una buena relación de trabajo.
Dicen que amor con amor se paga.

Revolcadero

SECO. Así recibirá el Ayuntamiento de Acapulco Abelina López Rodríguez y no solo por la falta de agua potable, si no por la falta de liquidez acostumbrada tras un voraz año de Hidalgo. Para recuperarse deberá regresar la vista a las grandes empresas que se amparan para no pagar su consumo, en vez de distraer apuntando a los acapulqueños más pobres a los que su antecesora llamaba “huachicoleros del agua”. Acuérdese doña Abelina que el agua es un derecho humano porque a la Magistrada Adela se le olvidó.

DUDA. En agosto del año pasado en otra visita a Acapulco el presidente prometió apoyo para resolver el problema del agua en este municipio, y en su visita de este fin de semana lo volvió a hacer, ¡casi un año después! ¿Será que prefiere esperar a que un Ayuntamiento más congruente con los principios de la Cuarta Transformación se instale el próximo mes de octubre?

BUENA SEÑAL. El presidente también se dio un tiempo para reunirse en Guerrero con la gobernadora electa Evelyn Salgado Pineda, a quien ha recibido un par de ocasiones en la Ciudad de México. Es la tercera ocasión en menos de dos meses de que ganó la elección, lo que promete una cercanía beneficiosa para el estado.

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