Por Esteban Valdeolivar S.
Para quienes transitamos del siglo XX al XXI y tuvimos la oportunidad de ser testigos en la historia de desgracias causadas por fenómenos naturales como, terremotos, huracanes, tsunamis, inundaciones, sequías, inversión térmica, contaminación ambiental en mares, ríos, lagunas,
epidemias y pandemias, entre otras calamidades, nunca se había aislado a la población mundial como lo recomendó la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde finales del 2019 a la fecha.
En todos estos eventos catastróficos, la solidaridad humana se ha manifestado y hecho presente de manera espontánea y también obligada a través de las instituciones oficiales de los tres órdenes de gobierno.
En observancia a la instrucción gubernamental de no salir de casa para evitar el contagio del Covid19, vemos particularmente en Guerrero, marchas, bloqueos y manifestaciones de colonos, desempleados, vendedores ambulantes, comerciantes informales y transportistas exigiendo apoyos económicos y despensas.
Y sí, como en las peores catástrofes y mejores tiempos de campañas políticas, la «solidaridad de la despensa», que acompaña la voluntad del necesitado, se hace presente en Guerrero, situación muy particular que no se observa en ningún otro estado de la República.
En Guerrero, la actividad principal de mayor generación económica y empleo es el turismo y como prestadores de servicios, nuestro horizonte de trabajo es limitado, de ahí que la mayoría de la población está en la disyuntiva de «quedarse en casa» o
«salir a buscar el sustento diario para la familia», en este dilema, la gente sale a la calle a exigir alimento, dinero e inclusive, amenaza con saqueos al no tener ingresos para comprar artículos de la canasta básica.
El comentario general es que hay incertidumbre «por lo que vendrá» a causa de «las pandemias», la de salud y la económica que están haciendo estragos a nivel mundial y México no es la excepción.
Ya veremos cómo salimos de esta situación, para hacer un recuento de daños y como en las peores catástrofes, levantar los muertos, honrarlos, respirar profundo, erguir la cabeza y seguir adelante; esa es parte de nuestra realidad.
Mientras tanto, si todo está bien y hasta nueva indicación, seguiremos en aislamiento hasta el 30 de mayo.
Nuestra gratitud a todo el personal médico, hoy y siempre. Honrar, honra. ¡Inshallah!
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