Por Celestino Cesáreo Guzmán
“La revocación de mandato es el mecanismo de democracia participativa por medio del cual los ciudadanos ejercen su soberanía para revocar o retirar de un cargo de elección popular, al candidato que resultara electo en la última elección en su distrito o circunscripción electoral, ya sea del poder ejecutivo o poder legislativo federal…”.
Bajo esta premisa, la revocación de mandato no aplicaría al presidente Andrés Manuel López Obrador, es un principio de derecho que dice que ninguna ley puede aplicarse de formar retroactiva en perjuicio de persona alguna.
Sin embargo, la consulta se va a realizar el próximo 10 de abril de 2022, y en todo caso este proceso organizado por un Instituto Nacional Electoral bajo asedio político y recorte presupuestal, ha servido para una intensa promoción de la imagen del Presidente de la República y sus logros.
Aunque está prohibida la propaganda gubernamental, corren ríos de dinero al amparo de programas sociales que reciben los ninis, las madres solteras, los campesinos a través de los programas de Fertilizante Gratuito y Sembrando Vida, becas a estudiantes que no están vinculadas a resultados ni a calidad, vacunas anticovid, apoyos para ampliación de vivienda, apoyos a adultos mayores, y más, mucho más. Todo regalado.
Este hecho sin duda fue promovido por Morena y por el presidente para ratificar la lealtad de su clientela de beneficiarios, para reafirmar la imagen del Presidente y en consecuencia, beneficiar a sus candidatos en las próximas elecciones en 6 estados.
Este es el fondo que trae la intención de llevar a cabo esta consulta y continuar así en su campaña contra algunos consejeros del INE incómodos a la 4T.
Para muchos es un ejercicio ocioso con un costo que rebasa los mil 700 millones de pesos. Este presupuesto será destinado a la integración de mesas directivas, casillas, lista nominal de electores, acceso al voto de mexicanos residentes en el extranjero, monitoreo de medios impresos, operación y otros apoyos administrativos
Pero bien podrían servir estos recursos para resolver muchos problemas sociales y de gobierno en muchos lados. Sólo por dar un ejemplo, con ese dinero podría resolverse en definitiva el problema del agua en la capital del estado, Chilpancingo y beneficiar a medio millón de personas.
Ahora bien, esta consulta debió ser solicitada por quienes no están de acuerdo con el gobierno federal, pero no es el caso, y los prominentes de Morena son los que la promueven. Es el mundo al revés. Por eso concluyo que es una estrategia de política electoral.
Se ven en Guerrero y otras partes del país, cientos de lonas con propaganda de promoción de la consulta, ostentando los colores de Morena y/o el gobierno de la República.
Anuncios que contravienen las prohibiciones expresadas en la Ley Federal de Revocación de Mandato, donde se señala que “los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, sólo podrán difundir las campañas de información relativas a los servicios educativos y de salud o las necesarias para la protección civil”.
La convocatoria emitida por el INE el pasado 4 de febrero, establece que el Instituto y los organismos públicos locales, según corresponda, promoverán la participación ciudadana y serán la única instancia a cargo de la difusión de los mismos.
Es oportuno respaldar la iniciativa del INE en Guerrero para que investigue quién ordenó esta campaña de difusión, por ser violatoria de la ley, cuál es el costo de la misma y el origen del financiamiento.
Exigir el respeto a la ley no debe ser visto como un ataque a la figura presidencial o a un partido político.
Sería bueno ver en los militantes y simpatizantes de Morena una actitud congruente, y que, cuando invoquen al Estado de Derecho, no sea solamente una frase retórica y sí una reafirmación de que la palabra se honra con los hechos.
Ante este desaforado activismo para sacar adelante la consulta, vale la pena preguntar: ¿Acaso existe temor de un resultado adverso al final de este ejercicio? No se ve algo así.
Con la base de seguidores que tiene el presidente, es difícil que alcance el 30 por ciento del padrón electoral, aproximadamente 36 millones de votos, y quienes acudan para solicitar su salida, únicamente lo harán para validad la campaña de promoción de la imagen del Presidente, su partido y sus candidatos. Ni más ni menos.
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