Por Jesús Lépez Ochoa
Mi explicación no les va a gustar ni a los seguidores del presidente ni a sus opositores, pero ni modo, alguien tiene que decir las cosas como son, sin apasionamientos, así que les diré porque pienso que el libro El Rey del Cash muy difícilmente afectará la popularidad de Andrés Manuel López Obrador.
Debo decir que la fuente testimonial es completamente válida y más si viene de alguien que estuvo en el círculo cercano del grupo en el poder, incluso el libro de Elena Chávez, ex esposa del experto en Comunicación Política de Andrés Manuel López Obrador está prologado por la periodista de investigación Anabel Hernández a quien los seguidores del presidente vitoreaban cuando exhibía en sus libros al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Seguramente ahora será muy mala periodista para ellos, como pasó con Carmen Aristegui, la revista Proceso y otros que se han atrevido a hacer su trabajo de señalar al poder.
La oposición se regocija con la publicación e incluso la versión pirata en PDF y hasta en fotografías comenzó a circular en las redes sociales antes que las aplicaciones de ventas en línea pudieran satisfacer la demanda de sus clientes, mientras los fieles devotos de López Obrador se dan a la tarea de minimizar el texto e incluso de ejercer la violencia de género contra la autora por cuanta red social existe.
El libro ha generado gran expectativa pero pienso que difícilmente le hará mella al presidente y a su proyecto político. Si los videos en los que vimos a sus allegados incluso a sus propios hermanos recibiendo sobres con dinero ni lo despeinaron, menos lo hará un testimonio por muy de adentro que venga, a menos que fuera el de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o del propio César Yañez.
El presidente es un personaje al que se le ha sacralizado y cuya verdad, aunque sea mentira, pesa por encima de quien sea y cuyo proceder puede ser mal visto pero aceptado.
Para muestra está un estudio mensual de México Elige. Ya sé que Tirios y Troyanos la van a descalificar, pero igual lo van a hacer conmigo.
Los problemas de México, según los encuestados, son los mismos de siempre, inseguridad, corrupción y economía. El 73.8 por ciento considera que la seguridad está igual o peor, y el 65.7 opina lo mismo de la economía, pero la mayoría, un 49.1 por ciento, considera que México va por buen camino.
En cuanto a la corrupción 64.3 por ciento considera que hay corrupción en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el 54.4 lo percibe como corrupto, pero si hubiera consulta para revocación del mandato el 57.2 por ciento lo ratificaría, y el 50.6 por ciento votaría por el nuevamente si fuera candidato a presidente nuevamente en 2024. Recordemos que en 2018 ganó con el 50.3 por ciento de los votos.
¿Qué es lo que hace que la gente vea que la seguridad y la economía están peor pero el país va por buen camino? Que muchos perciban que el gobierno y el presidente son corruptos pero no solo quieran ratificarlo sino incluso estén dispuestos a votar nuevamente por él.
¿Qué tanto abonaría el libro del Rey del Cash a la percepción de corrupción que como ya vimos, no pesa sobre las preferencias hacia López Obrador? Y no porque su plumaje no se manche, si no porque cuenta con un aparato de limpieza efectivo, y una oposición que carece de activos dignos de presentarse como antagonistas, y que no se puede quejar porque en su largo periodo en el poder se normalizó la corrupción al grado que ha dejado de ser sorprendente.
Como dice aquella bella canción del cubano Frank Domínguez: “Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas”.
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