Hace algunos años comentábamos con especialistas de turismo sobre la fracasada campaña publicitaria de Acapulco “Sol los 365 días del año”. Decía uno de mis profesores: “Cualquiera que tenga dos dedos de frente sabe que no se puede garantizar el clima y quienes se dedican a la promoción turística deberían saber que es un suicidio ofrecer publicidad engañosa sobre todo en el extranjero donde algunas culturas esperan recibir literalmente lo que se ofrece”.
Fracasos institucionales aparte, cabe mencionar que, si bien no tenemos esos 365 días de sol, la radiación solar en Acapulco es excelente para algo mucho más beneficioso que atraer turismo depredador: la producción de energía.
Los sistemas de captación y almacenamiento de energía solar existen desde hace más de 40 años y ya no son un “sueño hippie”, sino una realidad que puede representar un beneficio económico para los usuarios urbanos en tiempos de crisis y para ser un agente de bienestar en lugares a donde no llega la red eléctrica y hay altos índices de pobreza y marginalidad.
En México hay más de tres millones de personas que no tienen acceso a energía eléctrica. Tres millones de personas que viven a la usanza del siglo XVIII. ¿Cuántos de esos tres millones creen que viven en Guerrero?
En nuestro país existen 18,000 planteles que no cuentan con energía eléctrica según los expuesto por una empresa proveedora de Gobierno que dotará a 100 escuelas con los equipos de energía solar en los próximos 4 años. Considerando que este esfuerzo es de corto alcance, puede servir de ejemplo para que los tomadores de decisiones que cuentan con recursos, (autoridades, regidores, diputados, senadores y organizaciones altruistas), apuesten por la energía solar como un elemento de desarrollo social para Guerrero y sus localidades. Por favor consideren estas líneas como un llamado a la acción.
En entrevista con el especialista Luis Arturo Mier y Terán, comentábamos que actualmente es mucho más barato y accesible emplear esa tecnología en uso doméstico y en negocios.
El sistema es simple, paneles con celdas fotovoltaicas a base de silicio que captan el calor y la luz del sol y lo transforman en energía eléctrica. Para los que viven en zonas urbanas el sistema se conecta a la red y se puede hacer híbrido mediante una especie de switch donde se consuma energía que viene de la compañía de luz y que cuando cambia a producción solar devuelve la energía captada a la red de CFE, la cual la compañía utiliza de acuerdo a sus necesidades. Para los que no somos especialistas es como si el medidor girara en sentido contrario…
Aunque el costo de instalar paneles de energía solar en una casa es variable y depende del consumo de cada caso, si una casa paga 6,000 pesos al bimestre podría llegar a pagar solo 500 pesos a bimestre tras una inversión de 70,000 mil pesos. Normalmente el gasto en paneles se recupera en alrededor de 2 a 4 años, considerando que los paneles tienen una vida de 25 años, la inversión es rentable.
Para hacer un cálculo de cuantos y qué tipo de paneles se requieren, se toman datos de horas de asoleamiento en una localidad, (en México tenemos un promedio de 5 horas de asoleamiento efectivas y en Acapulco el promedio es de arriba de 6 horas diarias), se estima el consumo promedio de consumo de la vivienda y se elabora un plan definido con la cantidad y tipo de paneles que requiera cada caso.
La energía solar también se puede almacenar en Baterías cuando el sistema no está conectado a la red de CFE como en comunidades rurales o en viviendas ecológicas alternativas, las llamadas “Off Grid” o “Fuera de red”.
En México algunos Bancos como BBVA ya dan créditos para instalación de paneles solares; de igual Manera la RED Girasol es una Fintech que ofrece apoyos para el cambio a esta tecnología y CI Banco lo hace también pero enfocado al sector empresarial, además, en el extranjero existen infinidad de organizaciones sociales dedicadas a promover y financiar el uso de estos sistemas en América Latina; que sirva de algo vivir en un país tercermundista.
Considerando la situación económica y las amenazas que implica el cambio climático, el uso de energías limpias y alternativas es sin duda el camino a seguir. Los sistemas existen, son efectivos y a pesar de su costo de inversión inicial, se pueden autofinanciar.
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