Por Jesús Lépez Ochoa
El tiempo y el presidente le dieron la razón al ex delegado del ISSSTE en Acapulco Zeferino Gómez Valdovinos, para mala suerte de quienes pensaron en lucrar con el proyecto del nuevo hospital de tercer nivel para Acapulco, y para beneficio de todo el estado porque los 3 mil 900 millones de pesos que se invertirán para construirlo no se van de Guerrero.
Más allá del beneficio económico que representa en materiales, servicios y empleos que se ocuparán para la obra, es que los 293 mil 979 derechohabientes del ISSSTE en el estado tendrán acceso a especialidades médicas para los padecimientos e intervenciones quirúrgicas de mayor gravedad.
Para que usted lo sepa, los hospitales de tercer nivel son los mejor equipados con la más alta tecnología, las instalaciones más modernas para operar, cuentan con un mayor inventario de medicamentos, y personal especializado, ya que atienden los casos más complejos de emergencias médicas y enfermedades graves.
De tal manera que no solo preocupaba que se perdiera la millonaria inversión federal, sino que la ambición por darle a ésta un generoso pellizco ocasionaría que miles de acapulqueños y guerrerenses que cuentan con ISSSTE perdieran la oportunidad de ser atendidos en su estado, sin tener que trasladarse al hospital 20 de Noviembre en la Ciudad de México.
Era una preocupación de la gobernadora Evelyn Salgado que el estado no perdiera este importante beneficio que pese a los constantes cambios de predio, se habla por lo menos de tres en diferentes partes de Acapulco, no dejó de tocar puertas en el Centro del país para concretarlo.
Se habla de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su reciente visita al puerto venía bastante bien informado sobre las triquiñuelas de un diputado local que estuvo moviendo influencias para que las propuestas iniciales de predios donde se construiría el hospital fueran desechados, e incluso habría adquirido un terreno en un millón de pesos para venderlo al ISSSTE en 130 millones de pesos.
Pese a la fuerte molestia que le causó al presidente López Obrador, refrendó su apoyo a Evelyn Salgado y a los Guerrerenses.
La multimillonaria obra no se va de Guerrero, pero habrá, nos dicen, despido de algunos funcionarios, y en consecuencia, el veto presidencial al diputado “emprendedor” de bienes raíces a cualquier aspiración política por Morena, ya que será investigado, razón por la cual la fuente que informó sobre el movimiento para imponer un predio con el costo inmensamente inflado para lucrar con este noble proyecto que beneficiará a la salud, principalmente de los acapulqueños, omitir el nombre.
Otra consecuencia tras la decisión de Obrador, es que ya ordenó la reincorporación de Zeferino Gómez al frente del ISSSTE en Guerrero, ya que finalmente, el tiempo, y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, le dieron la razón.
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