El coordinador de las y los senadores priistas, Manuel Añorve Baños, presentó ante el Congreso de la Unión un punto de acuerdo para que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y la Dirección de Caminos y Puentes Federales, mantengan la suspensión del cobro del peaje en la Autopista del Sol, en el tramo Cuernavaca-Acapulco.
Añorve Baños dijo que esta solicitud, es en virtud de que el puerto de Acapulco aún está lejos de recuperar su estabilidad económica tras las afectaciones que sufrió por el Huracán Otis.
Manuel Añorve precisó que se requiere de la voluntad y determinación de todos para que Acapulco vuelva a ser el destino turístico por excelencia en México.
Lamentó que a diez meses del devastador paso del huracán Otis por Guerrero, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), ha anunciado la reanudación del cobro de peaje en las casetas de la Autopista Cuernavaca-Acapulco y el Libramiento Poniente de Acapulco a partir del 26 de agosto.
Por lo que dijo que esta decisión representa un retroceso significativo en los esfuerzos de recuperación del puerto de Acapulco, una ciudad que aún lucha por levantarse de los escombros dejados por este desastre natural.
“Acapulco, a pesar de los esfuerzos de reconstrucción, no se encuentra al 100%. Los sectores hotelero, restaurantero y de pequeños empresarios han tenido que enfrentar no solo la devastación física de sus propiedades, sino también una drástica disminución en la afluencia turística, un pilar fundamental para la economía local. Los turistas son el alma de Acapulco, y cualquier medida que los desincentive de visitar el puerto, puede ser catastrófica para la recuperación económica”, aseguró el legislador.
En este sentido, informó que expertos y autoridades locales han estimado que la recuperación total de Acapulco podría llevar al menos un año más, por lo que es crucial mantener el apoyo y evitar medidas que puedan frenar el proceso de reconstrucción.
Finalmente, señaló que la reanudación del cobro del peaje no solo afecta a los turistas, sino también a los pequeños y medianos empresarios de Acapulco, quienes han estado luchando por mantenerse a flote, y cualquier reducción en el flujo turístico podría significar la ruina para muchos de ellos.
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