Por Jesús Lépez Ochoa

Unos dicen que fracasó la revuelta anti-Jacinto, otros que en realidad la mayoría de consejeros que votó por destituirlo no tenían tal intención, ya que en realidad se trataba de enseñarle nomás la puntita, la pura puntita, del tremendo iceberg con el que su gigantesco ego del tamaño del Titanic puede chocar en cualquier momento si insiste en traicionar los acuerdos que lo sentaron en la dirigencia de Morena en Guerrero.

Se trataba pues de llevarle hasta su silla un mensaje que, ensimismado con la idea de hacerse candidato a gobernador él mismo, desde esa posición en la que sería juez y parte, no ha querido escuchar de la militancia.

Y es precisamente que Jacinto González Varona no sea candil de la calle y oscuridad de su casa, que por un lado pregona la aplicación de los acuerdos tomados en el Consejo Nacional, pero sin prescindir de su ostentoso estilo de vida que incluye lujosa camioneta y escolta de la Guardia Nacional. Policías que tanto se necesitan vigilando la seguridad de los guerrerenses y no las ínfulas de grandeza de quien sin llegar ni al 2 por ciento de las preferencias, según la última medición de Demoscopia, pretende abanderar a Morena pensando en aquella célebre frase de Ramón Sosamontes cuando era perredista (lo único célebre que tiene Ramón aparte de los señalamientos de haber sido parte de la estafa maestra), de que si una vaca con bozal ponen, ésta gana.

Quienes encabezaron la revuelta no ignoraban que el domingo es la elección de jueces y magistrados. Eso querían. Que el mensaje se escuchara. No es que hayan visto de repente alguno de los carísimos relojes que el joven Jacinto suele lucir, los cuáles asegura le han sido regalados aunque no ha dicho por quién o quiénes, ni a razón de qué; y se hayan percatado que era una mala hora para echarlo de la dirigencia. Aunque momentáneamente libró la destitución, de él dependerá que los ánimos se enfríen, o se enciendan más.
Mientras tanto en el Congreso de Guerrero legisladores de oposición analizan con interés los curriculums de quienes buscan la titularidad de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, sabedores de que tienen la posibilidad de incidir, si a los diputados morenistas afines al grupo de Jacinto les da por votar alguna propuesta diferente a la reelección de la actual comisionada Cecilia Narciso Gaytán.

Seguramente un operador eficaz como el presidente de la Junta de Coordinación Política, Jesús Urióstegui, ya tiene un plan B que incluya los acuerdos con las demás fracciones y representaciones de partido para sumar, en caso de que a alguien le de por dividir,

Revolcadero

Hasta Medio Oriente fue a dar en sus posteos de Facebook el líder de la Canaco en Acapulco, Alejandro Martínez Sidney, y hasta allá lo siguieron para cuestionarle sus cifras alegres sobre el Acamoto.

Sobre todo para pedirle que explique su metodología para llegar a una derrama de más de 900 millones de pesos, que aunque fuera cierta, no vale ni una sola de las 8 vidas que costó el evento, ni la tranquilidad de una ciudad.

Para que se de usted una idea de la insatisfacción, en menos de cuatro días ya habían rebasado las 12 mil firmas un par de peticiones de que se cancele para siempre el Acamoto, publicadas en la plataforma Change.org.