_Por: Misraim Olea Echeverría._
¡No me ayudes compadre!
Es lo que seguramente exclamó el Presidente Andrés Manuel López Obrador al enterarse del zafarrancho sucedido en Cruz Grande, encabezado por Servidores de la Nación de Florencio Villarreal y apoyado por regidores de Morena de ese municipio.
El COVID-19 obligó a los gobiernos federal y estatal a reforzar la inversión en equipamiento médico y hospitalario para hacer frente a la crisis ocasionada por la pandemia, esto permitió que obras como el Centro de Salud con Servicios Ampliados de Florencio Villarreal, que llevaba casi 10 años en obra negra, por fin se pusiera en marcha.
El objetivo principal ante la crisis sanitaria era atender a los enfermos, disminuir los contagios y salvar vidas, para tal fin el Presidente AMLO envió a Guerrero a la doctora Rocío Bárcena Molina, quien sin dudar gestionó toda serie de apoyos para el estado; cada vez que ella estaba en la entidad significaba entrega de equipo e insumos médicos y sanitarios.
En la última visita de López Obrador a la Costa Chica, éste se equivocó al usar el término “hospital” en lugar de Centro de Salud, razón que motivó a personajes locales y regionales a movilizar a sus seguidores, entre ellos Servidores de la Nación y morenistas de grupúsculos al interior de ese joven partido.
La falta de visión y altura de miras los llevó a oponerse a que el Centro de Salud en el que el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento invirtieron recursos se pusiera en marcha, alegando que el Presidente de la República había informado que sería hospital y que no se reflejaba el monto comprometido y anunciado por el Ejecutivo Federal.
A este Centro de Salud con Servicios Ampliados le hacen falta 12 camas equipadas e instalaciones de gases medicinales para ser un hospital; el gobernador Héctor Astudillo, dando seguimiento al compromiso hecho por el Presidente en Costa Chica en marzo pasado, ya ha avanzado con las gestiones para que este Centro de Salud pueda ampliar sus servicios, asuntos que anunciaría el día de la puesta en marcha.
En 2020 el Gobernador de Guerrero ha atendido las dos principales problemáticas surgidas por la pandemia, la crisis sanitaria y la crisis económica con el objetivo de evitar que lo político escale a niveles de crisis en la entidad, sobre todo cuando estamos a meses de iniciar el proceso electoral.
En Guerrero hay ruta y sentido, esto ha permitido atender la pandemia de manera coordinada con la Federación y como resultado el contagio, la hospitalización y los fallecimientos por covid-19 van a la baja. Las acciones irracionales del jueves pasado en Cruz Grande chocan con el trabajo hecho por la Federación y el estado. El 2021 comienza en septiembre de 2020 y como dice el Gobernador: primero atendamos juntos y coordinados la salud, porque no podemos estar enfermos y peleados.
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