Opinión| ¿Qué culpa tiene Acapulco, qué daño nos hizo?

Por Misraim Olea Echeverría.

El 2020 ha sido un año muy complicado para todos, pero aunque usted no lo crea ha sido aún más difícil para Acapulco como municipio. El principal puerto turístico del estado y uno de los más visitados del país sobrevive a sus habitantes y su gobierno municipal, binomio que lejos de trabajar en conjunto, cada día se alejan uno del otro.

¿Qué daño cometió Acapulco para pasar de ser la joya internacional del turismo a ser un muladar? En esto tiene mucho que ver un sector de la ciudadanía, que viendo por sus intereses particulares actuaron en beneficio propio, sin importar el daño a este destino turístico; sin embargo el Ayuntamiento carga con la responsabilidad más importante.

En los últimos años, gracias a las licencias de funcionamiento entregadas de manera irregular, ya no se puede transitar con libertad por las calles del centro. Las calles aledañas al mercado central y mercado campesino han sido completamente secuestradas; cualquiera invade las avenidas y las banquetas. Los parques y espacios públicos están invadidos por comerciantes.

Acapulco es una ciudad sin ley en la que cualquier comerciante puede sacar sus productos y ofrecer sus servicios fuera de su local y nadie hace nada para detener esa barbaridad. La Zona Diamante, que se supone debe ser la mejor atendida porque el impuesto predial recabado por el municipio es más alto, está convertido en un tiradero de basura.

Los cerros están siendo invadidos por líderes de MORENA que piensan que pueden hacer con la ley lo que quieren, que pueden invadir cualquier terreno privado, área común, área verde, reserva territorial ¡no les importa! Lotifican y venden como si fueran dueños del terreno invadido.

La mayoría de las colonias acapulqueñas no cuentan con agua potable; en algunas no hay una gota del vital líquido, ya no para cubrir las necesidades básicas que evitan enfermedades, no hay agua ni siquiera para regar una planta. En los lugares donde si hay agua, el lodo y la suciedad con la que sale de la llave nos genera desconfianza.

¿De qué es culpable Acapulco, si lo único que he hecho es regalarnos bellezas naturales?Si no se atiende la problemática, sino se acaba con el valemadrismo Acapulco será una ciudad perdida, sólo recuerdos quedarán de aquel destino de talla mundial. Acapulco necesita ayuda y no de alguien que llegue a gobernar para pensar en el siguiente puesto, sino de alguien que tenga compromiso, amor y ganas de regresarle la grandeza al puerto, alguien que piense en el municipio antes que en el otro peldaño político ¿quién se aventará ese reto?

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