Por Misraim Olea Echeverría
Por años se ha hablado de una crisis en los partidos políticos y en las y los representantes populares, el desgaste que ha habido es resultado de los excesos de algunos personajes y de la corrupción que hemos padecido.
Las reformas electorales que surgen desde mediados de los 70 han permitido que más sectores puedan ser representados en las cámaras y las reformas más recientes ha dado la oportunidad a que nuevos partidos políticos participen en elecciones, esto debería significar también mayores oportunidades para representar a sectores que no sienten identificación con los partidos con más historia de nuestro país, como son el Partido Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.
A partir de 1988 se comenzaron a construir los sistemas electoral, político y de partidos que conocemos, con una visión más amplia y democrática, los valores y principios compartidos que consolidaron estas instituciones dieron la oportunidad de que el Movimiento de Regeneración Nacional lograra su registro como partido y que posteriormente ganaran las elecciones presidenciales.
La crisis política y de representación que padecemos ha dado pie a que diversos personajes de la sociedad civil y de la farándula participen en las elecciones algunos de estos son aprovechados por las dirigencias de los nuevos partidos su popularidad, con el fin de lograr más votos; esta es precisamente parte la crisis, ya que el objetivo no es sólo lograr espacios, sino representar de manera efectiva a quienes han elegido como opción a una persona distinta a un político tradicional.
En el caso de gobiernos estatales y ayuntamientos, para administrar los recursos públicos de manera efectiva y eficaz se requiere de experiencia, gestionar recursos también. Luego de 2018 se han demostrado que personas improvisadas que lograron la victoria por el arrastre de AMLO, continúan sin saber qué hacer para sacar adelante sus gestiones.
No demérito a quienes participan por un cargo de elección popular sin una experiencia previa, tampoco cuestiono su buena voluntad, pero para hacer gestión se necesita hacer política y la política se aprende en la práctica. La participación debe de llevar preparación.
La crisis política que vivimos actualmente se superará cuando los políticos sean profesionales y cumplan sus promesas, rescatar la confianza del electorado se logrará cuando la experiencia y los resultados se pongan al servicio de la ciudadanía, quien calificará y decidirá si quiere más farándula o más política.
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