Por Celestino Cesáreo Guzmán
Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega se ha marchado. Deja un legado en política que construyó al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Ibarra de Piedra, Ifigenia Martínez y Heberto Castillo, la generación que decretó el final de la hegemonía priista e impulsó la transición democrática.
Porfirio en su extensa trayectoria política, conoció los privilegios del poder y lo reflejaba su personalidad: a veces áspera, a veces implacable, pero siempre emotiva con una brillante argumentación, que con sus dotes de polemista y orador, llenaba y de sobra la escena política.
Porfirio fue campeón en muchas cosas: venciendo su tartamudez, ganó concursos de oratoria, de boxeo y de baile: mambo y cha cha chá.
A Porfirio no le gustaba perder.
El periodista Rafael Cardona, retoma en el programa de televisión Agenda Política ¿Cuál fue el legado de Porfirio Muñoz Ledo en la política mexicana? una anécdota de la juventud de Muñoz Ledo: –“Él estaba compitiendo en un torneo de boxeo, y llegó a la final contra Jesús Cortázar, que después fue líder de los pequeños agricultores de este país… Chucho Cortázar le ganó la pelea. En el primer round Porfirio iba arriba, en el segundo también. En el tercero se confió y perdió la pelea. Y cuando estaba Chucho en los baños, enjabonado, se le fue encima Porfirio, y ahí se volvieron a dar, y entonces ganó Porfirio. Se resbalaron ahí en el suelo, se cayeron; Chucho se quedó en el piso, se levantó Porfirio y le dijo: –a mí nadie me derrota”.
Pero como todo en la vida, nuestro personaje también conoció la otra cara de la moneda: perdió frente a Ramón Aguirre la elección por la gubernatura de Guanajuato en 1991. “Por derecho de sangre” decía cuando le preguntaban cómo había llegado a esa candidatura cuando nunca tubo residencia en ese estado.
Fue vencido por Cuauhtémoc Cárdenas en la búsqueda de la candidatura por la Presidencia de la República en 1999, y la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal en 1991.
“Miente, señor Presidente” gritó desde su curul el senador Muñoz Ledo al Presidente de la República, Miguel de la Madrid, quien rendía su último informe de Gobierno. En los tiempos cuando esta figura era casi sagrada; “Porfirio valiente, callaste al presidente” coreaba la gente en las plazas, Porfirio con una sonrisa recibía el halago, sabiéndose el centro de atención.
Al ver que no crecía su candidatura en el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana en el año 2000, Porfirio declinó a favor de Vicente Fox Quesada.
Y perdió en su intento por dirigir a Morena, frente a Mario Delgado.
Perdió también en el intento de continuar seis meses más como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. El cronista Manuel Ajenjo narra en””(“La lección de Muñoz Ledo”, publicada en El Economista)
de manera divertida ese episodio: –“Regresó al presídium Muñoz Ledo, para anunciar su renuncia y pronunciar un apotegma para los bronces: “Se puede tener el poder y no pasar a la historia y se puede no tener el poder y pasar a la historia”. Luego le sucedió lo que a otro presidente al que le dejaron el micrófono abierto sólo que él no dijo: “Estos no aplauden”. Don Porfirio dijo: “Chinguen a su madre”.
Muñoz Ledo siempre fue un hábil negociador, y fue casi todo: académico, funcionario en el IMSS, secretario de Educación, embajador, diputado federal, senador. Y algo extraordinario: dirigente nacional del PRI y del PRD.
Y sí, fue casi todo, menos su más grande sueño: ser Presidente de la República. “Mexico tiene dos Porfirios” decía con orgullo, en referencia a Porfirio Díaz y el.
Muñoz Ledo es su primer apellido, y él lo explica así: –Nuestros ancestros llegaron a la Nueva España a finales del siglo XVII. Don Cristóbal Muñoz Ledo, según consta en los archivos de La Valenciana, se embarcó en San Lúcar de Barrameda y arribó a estas tierras en 1963, llegando a ser diputado de la minería. Por cierto, no he encontrado en la Península Ibérica a una sola persona con el nombre compuesto, Muñoz-Ledo; esto hace suponer que en América unieron los apellidos como señal jerárquica y no se ha separado desde entonces (Porfirio Muñoz Ledo / Historia Oral 1933-1988 / James W. Wilkie, Edna Monzón Wilkie / PROFMEX-DEBATE Pág.24).
Paradójicamente, en sus últimos años, cuando la izquierda por fin llegó al poder, Muñoz Ledo se convirtió en Némesis de López Obrador al advertir que todo por lo que luchó a lo largo de su vida, era desmantelado por la Cuarta Transformación.
Y la pregunta obligada es: ¿Es inevitable la reversión de la democracia y sus instituciones en México?.
Avisoró los riesgos que acechan q las instituciones del país. Y llamó a organizar su defensa mediante de un Frente Democrático Nacional igual que en 1988. Pero le faltó tiempo. La muerte lo alcanzó el pasado 9 de julio.
Déjanos tu comentario