_Por: Esteban Valdeolívar S._
El Presupuesto de Egresos de la Federación (2021) enviado por el Ejecutivo al Congreso de la Unión,
en pocas palabras, no hay sorpresas: se prevén 0.5% menos ingresos públicos, un estancamiento en el gasto, con sólo 0.1% más que este año, un aumento del PIB de 4.6% y un enfoque en Pemex, CFE, los proyectos ‘estrella’ del presidente y los programas sociales.
El Tren Maya absorberá el 94% del presupuesto asignado a la Secretaría de Turismo en 2021. A pesar de ser la dependencia que más aumentará sus recursos el próximo año, casi todo se lo llevará esta obra.
En mi opinión, no espero grandes cosas ni grandes cambios, porque no hay de donde sacar recursos y tampoco veo grandes cambios o decisiones que puedan revertir lo visto en los últimos dos años.
El punto de partida de este paquete son los ingresos, la recaudación fiscal y es aquí donde no se podrán hacer milagros. La recaudación viene de una estructura fiscal que en nuestro caso es pésima, somos muy pocos pagando y muchos en la informalidad; el segundo componente es el crecimiento económico, que después de 2020, puede venir un rebote, pero nada espectacular.
Aparte de la recaudación y sus diferentes conceptos, IVA, ISR, IEPS, etc., están las ventas de petróleo. Habrá que ver con qué realismo se proyectan, en cantidad de barriles y en el precio de la mezcla mexicana, pues con esto conoceremos los ingresos y la asignación del gasto. Independientemente del costo de manutención del gobierno, trabajadores y servidores públicos, mantenimiento de infraestructura, etc. La asignación del gasto a diferentes programas y secretarias, y es ahí donde no espero grandes cosas.
Los programas sociales se mantienen intactos y los recortes llegan a todos los demás rubros.
La mira está puesta en las elecciones intermedias de 2021 y por eso no se puede abandonar el asistencialismo.
En pocas palabras, se continúa con el presupuesto de las ayudas sociales. No obstante, no se tiene certeza de sus resultados. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), no se cuenta con la información suficiente para medir su efectividad.
Aquellos que pueden aportar crecimiento económico, como gasto de inversión e infraestructura, también serán recortados y solo se mantienen los tres proyectos del Presidente: la refinería, el aeropuerto y el tren. Con tan poco dinero será positivo ver que estos se pospusieran y se asignara ese dinero a proyectos prioritarios, pero no será así.
Preocupa hasta dónde llegará la deuda, el PIB se hace chico y la deuda respecto a él pasará de 44 a 59%. Este deterioro de las finanzas públicas puede acelerar la baja de calificación de las agencias.
No se ve que en el corto plazo el paquete incida para bien o para mal en el tipo de cambio y tampoco el apetito por México. También se debe recordar que la situación de Pemex es complicada y demandará muchos recursos.
Como siempre, usted tiene la mejor opinión.
Déjanos tu comentario