Textos y claves…| Congreso local; agenda colegiada o destino gris

Lo que se aprecia en la operatividad del Congreso son indicios de que se prepara una tregua estabilizadora entre la fracción el PRI y los diputados de Morena

Por Miguel Ángel Arrieta

Más allá de toda interpretación partidista, la definición de una agenda legislativa conjunta entre el Congreso local y el gobierno de Guerrero, debe entenderse como una fórmula política práctica para garantizar la gobernabilidad como asunto prioritario, en una entidad que por costumbre guarda una elevada carga de desencuentros propios de un año pre electoral.


Si el tema colocado en la mesa por el Gobernador Héctor Astudillo fue emprender un diálogo institucional con el poder legislativo, los diputados hacen lo suyo al evaluar los alcances de entrar en una ruta de pautas concertadas entre ambas representaciones.


Durante el transcurso de la semana, los diputados de las diferentes fracciones partidistas han cruzado información con el fin de diseñar la agenda legislativa conjunta Congreso-estado, que cumpla el requisito formal de delinear el campo de acción de cooperación entre estos dos poderes, sin lesionar terrenos constitucionales y a la vez etiquete al 2020 como un ejercicio de consolidación, después de dos meses de disputas en el interior del Congreso en los cuales se paralizó toda actividad legislativa.


Seguramente, el debate interno para llegar a la redacción de la agenda legislativa del próximo periodo ordinario de sesiones que inicia en marzo, no será sencillo, por lo que el diputado Jesús Villanueva, presidente de la Junta de Coordinación Política, optó por la aplicación de un enfoque colegiado que abra espacios de tránsito legislativo, aún con los desafíos y el radicalismo que pueden generase en esta etapa.


De hecho, las expectativas externas al Congreso se mueven entre la percepción de que el papel del nuevo coordinador de la Jucopo es promover líneas de conciliación, y su llegada al cargo es la oportunidad de construir consensos que aceiten el desahogo de embrollos legislativos.


Por lo pronto, Jesús Villanueva tiene sobre su escritorio la propuesta del diputado morenista Marco Antonio Cabada Arias, para revisar el estado que guarda el rezago legislativo.


En tiempos no muy lejanos, dinamizar la agenda legislativa con una visión para coordinarse con el gobernador, se traducía en sumisión del Congreso a las órdenes emanadas de Casa Guerrero, residencia oficial del Ejecutivo. Ahora, el elemento que diferencia aquella ecuación en la que gobierno estatal de un color era igual a un congreso del mismo origen partidista, es precisamente la dosis de alternancia que otorgó la mayoría a Morena en la Cámara local. De ahí se desprende la necesaria valoración que debe concederse a la búsqueda de una agenda conjunta.


En todo caso, lo que se aprecia en la operatividad del Congreso son indicios de que se prepara una tregua estabilizadora entre la fracción el PRI y los diputados de Morena; después de todo, los legisladores del tricolor no pueden poner oídos sordos a la iniciativa lanzada en Iguala por Héctor Astudillo.


Sí la política es la habilidad de sumar, Guerrero es de los estados que reflejan mayor legado en la relación institucional con el gobierno de la República. Por lo tanto, la interrelación de poderes constitucionales dentro de la entidad, son parte de una estrategia integrante para analizar y tratar temas de inseguridad, déficit agrícola, limitaciones presupuestales, rezagos educativos, clínicos y de desarrollo urbano.


En este contexto, el borrador que analizan diputados locales sobre el contenido de la agenda legislativa en Guerrero, prioriza puntos en los que el debate y aprobación de iniciativas se sujeten a una mecánica de rápido desahogo. En el fondo, los legisladores tienen presente las limitaciones de tiempo que entraña el mandamiento electoral, en el sentido de que toda reforma referente a este contexto deberá realizarse por lo menos seis meses antes de iniciar el proceso de competencia electoral, el cual, de acuerdo al calendario, se inaugura en el mes de septiembre.


Ante esta realidad, la legislatura observa la necesidad de dar entrada a temas que van desde la aprobación de nuevos municipios, las reformas al reconocimiento de los pueblos indígenas, adecuaciones legales a reglamentos municipales en materia de tránsito y acarreo de automóviles, entre otras.


Independiente de que Morena concite la mayoría electoral, el Congreso de Guerrero se mueve dentro de un debate que aleja la posibilidad de repetir aquellos episodios en los que las agendas legislativas se sujetaban a concertacesiones electorales y económicas.


Al final de cuentas, los diputados locales, de todos los colores, llegan a un periodo definitorio en su paso por el poder legislativo: o reducen sus pasiones individuales y de grupo, o cuando menos sientan ya terminaron integrados a esa larga y deprimente fila de ex diputados intrascendentes, grises.

Déjanos tu comentario